Empleados felices, empresas exitosas 

 

· Constantemente escuchamos de la importancia de mantener motivados a nuestros empleados, pero, ¿cómo afecta su desempeño realmente a nuestra empresa? 

  

Actualmente, las empresas invierten de forma inteligente en publicidad, estudios de mercado, auditorías de productos, mejoras e innovación, estrategias para tener mejor calidad a un precio accesible para sus consumidores. Sin duda, factores de suma importancia e indispensables para mantener y consolidar una empresa, pero que, en combinación con otros, pueden llevarla a otro nivel. 

 

Hoy en día, uno de esos factores extra es que ahora los empleados tienen motivaciones diferentes, pues ponen por encima su misión, conocimiento, bienestar y crecimiento, antes de beneficios materiales; lo que a su vez será el motor de productividad en cada uno de ellos y de eso dependerá su estancia y desempeño. 

 

CIDAC elaboró un estudio, Hacerlo Mejor: Índice de Productividad México, con el objetivo de evaluar a México y los estados que lo conforman, en materia de productividad. Dentro de los resultados que arrojó dicho estudio, en las últimas dos décadas la productividad de México creció sólo 2.1% de forma acumulada. Un índice considerablemente bajo comparado con el desempeño en otras partes del mundo y su crecimiento: España 23%, Estados Unidos 35%, Irlanda 64% y Corea 83%. Lo que deja abierta la interrogante de ¿Qué es lo que realmente están haciendo mal las empresas y líderes mexicanos? (fuente: CIDAC) 

 

El deseo de todo líder es que sus colaboradores sean productivos, y continuamente concentra sus esfuerzos para motivarlos, capacitarlos e incentivarlos. Pero no siempre consigue los resultados que esperaba. Muchos directivos se quejan de que sus empleados pierden mucho tiempo de oficina navegando en internet, platicando con sus compañeros, buscando las herramientas que necesitan, extendiendo los tiempos de comidas o pidiendo incapacidad por enfermedad o depresión, sin pensar que es parte del proceso y áreas de oportunidad que deben atender en su empresa: problemas de actitud. 

 

Cuando se habla o piensa en actitud siempre se asocia el término como algo positivo, sin embargo también existen actitudes negativas que son los principales destructores de un buen ambiente laboral y por ende de la productividad. La actitud es la disposición que manifiesta una persona; en otras palabras, tu actitud es lo que la gente percibe de tu interior a través de lo que transmites al exterior cuando sonríes, cuando pones atención, cuando muestras interés en quienes te rodean, cuando eres esmerado en tu trabajo. 

 

Aquí es donde surge una interrogante primordial: ¿por qué debe importarme la actitud de mis empleados? Es muy sencillo, pero para poder responderla es indispensable conocer estos tres conceptos: 

 

1) Conocimiento: es el saber hacer su trabajo 

2) Habilidad: es el poder hacerlo 

3) Actitud: es el querer hacerlo. 

 

El éxito de una organización proviene de la combinación de estos tres elementos, pero el factor clave es la actitud. La razón es sencilla: el conocimiento y la habilidad no sirven de mucho si no se cuenta con una actitud correcta. En cambio, una actitud correcta nos puede ayudar a obtener los conocimientos y las habilidades que necesitamos, pero, ¿cómo logramos que la gente quiera hacer su trabajo? 

 

Una persona que no está segura de su propio potencial y que no tiene un plan de vida reflejará una actitud de inseguridad y apatía en las áreas en que se desenvuelve. La queja generalizada de los empleados que declaran que no se sienten lo suficientemente motivados a trabajar, que se sienten cansados, aburridos y sin aspiraciones, tiene su origen en algo mucho más profundo: su identidad. 

 

La identidad es el conjunto de ideas que tenemos acerca de nosotros mismos y de nuestro plan de vida. Lo que vemos, sentimos y creemos, es muy importante pues influye en gran medida en nuestro comportamiento, rendimiento y actitud ante los problemas. 

 

Cuando una persona sabe claramente quién es y cuál es el sentido de su vida, muestra una actitud correcta en las áreas en que se desenvuelve, lo que le permite disfrutar de beneficios profesionales, emocionales y sociales; que al mismo tiempo se traduce en un mejor desempeño tanto en su vida diaria y personal, como en su ambiente laboral. 

 

Más que una inversión, el sistema laboral actual exige a los líderes el desarrollo y estímulo de la actitud de sus colaboradores, generando importantes beneficios (materiales y no materiales) para todos. Si tus empleados se sienten bien consigo mismos, su actitud será correcta, gozarán de una mejor calidad de vida en muchas áreas, y como resultado natural, serán mucho más productivos en su trabajo. 

 

Así, si comenzamos a tomar en cuenta todos los factores que están influyendo en que nuestros trabajadores sean más productivos, lograremos implementar sencillas acciones que les permitirán sentirse valorados y participes en la empresa, aspectos que son indispensables para lograr el éxito y competitividad en tu empresa, sin importar el sector en el que te desenvuelvas. 

 

Por: Devin Patrick Hauer, Director de Ibero Consultores Estratégicos en la Universidad Iberoamericana 

  

 

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