La salud y el bienestar se relaciona con comida sana o ejercicio, pero no se piensa en el dinero como un factor que influye en esto; sin embargo, es normal sentir en ocasiones insatisfacción, incertidumbre por el futuro o culpa por algunas decisiones tomadas en el pasado. Sentimientos que pueden generar estrés y preocupaciones, afectando nuestra salud.
A lo largo de su vida la gente forma creencias respecto a cómo ven y perciben el mundo, de acuerdo a lo que aprendieron de sus padres, la cultura en la que crecieron y de la experiencia que adquirieron con los años, es por esta razón que es muy importante revisar las creencias que se tienen acerca del dinero y, sobre todo, examinar si éstas están limitando e impidiendo que se tenga abundancia económica.
Por ejemplo, comprar algo pensando que uno lo necesita, ya sea por llenar un vacío, por pertenecer a algún grupo social. Entonces, las personas se compran una camioneta pensando que les ayudará para la parte laboral, pero no toman en cuenta que el vehículo consumirá gasolina y se convertirá en un gasto extra y constante.
Otro ejemplo, “hay padres que gastan demasiado en restaurantes y otros lujos, porque según ellos ‘el dinero es para gastarse’, entonces los hijos se quedan con esa idea y no se preocupan por ahorrar, no guardan dinero ni para prevenir un incidente”, explica Saskia de Winter, directora general de la firma especializada en coaching empresarial Saskia de Winter Training.
Por lo que identificar comportamientos problemáticos relacionados con el dinero y tratar de solucionarlos puede constituir una relación más saludable.
De acuerdo con Saskia, las personas no se sienten mal por el dinero en sí, sino debido las consecuencias de no pagar sus deudas o de no encontrar la manera de generar el suficiente efectivo para poder liquidarlas, sin embargo, hay una forma de solucionar esto es con orden y planeación financiera.
“Lo primero que debe hacer la gente es organizarse, medir cuáles son sus gastos y a cuánto ascienden, cuánto pagan de intereses, cuánto ahorran y cuánto invierten”, comentó la directora. “Lo que deben hacer es ahorrar e invertir para que la mente comience a ver orden y sepa que tiene ese espacio. Tienen que deshacerse de las creencias que tienen arraigadas sobre el dinero”, apuntó la experta.
Para poder eliminar estas creencias, es necesario hacer un trabajo de conciencia y preguntarse a uno mismo qué sucede cuando se relaciona con el dinero, es decir, cuando éste llega a uno.
“Si yo me quedo todo el día llorando, los demás me van a tachar de depresiva y lo voy a seguir haciendo porque ya tengo su aprobación, lo mismo sucede con el dinero: si lo gasto todo y me la paso diciendo que ya no tengo, la gente dirá que no cuento con dinero, entonces yo lo seguiré gastando hasta que ya no tenga y todo por coincidir con lo que los demás ya dicen de mí. Es un ciclo sin fin”, concluyó la experta.
No existe una fórmula única; la clave es hacer frente a cada una de estas señales y empezarlas a asumir y cambiar. El único truco válido es perder el miedo a hacer cálculos y presupuestos, hacerle frente a que “si usted trata bien al dinero, él lo tratará bien”, porque sólo así sabe de dónde viene, para dónde va y en qué lo gasta.
Redacción
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