Los hoteles capacitan a su personal para detectar el tráfico de Personas

La lucha en contra de la esclavitud moderna comienza. Por ejemplo, el gobierno británico en el 2015 intensificó sus esfuerzos al publicar el Acta de Esclavitud Moderna, haciendo un llamado a las grandes compañías para que fueran más transparentes con sus cadenas de suministro y producción.

La Doctora Sowon Kim, profesora e investigadora que forma parte del equipo docente de EHL, la escuela de hospitalidad, explica:

“El tráfico de personas es un crimen de lesa humanidad. Sin embargo, es una de las actividades criminales de crecimiento más rápido actualmente -a la cual sólo anteceden el tráfico de drogas y armas- cuyas ganancias anuales se estiman en 32 mil millones de dólares. En el mundo, aproximadamente 45.8 millones de personas son víctimas de la trata de blancas, de las cuales el 71% son mujeres. Por la naturaleza de este negocio, la industria de la hospitalidad es altamente vulnerable a sus operaciones.

Es por esta razón que la Serie de Mujeres Expertas en Liderazgo (Women in Leadership o WIL) de la École Hôtelière de Lausanne (EHL), organizó la conferencia ‘El Tráfico de Personas y la Industria Hotelera: Cómo Combatir este Crimen Contra las Mujeres’ presidida por la Profesora Maureen Brooks de la Universidad de Oxford Brooks, con el fin de aumentar la consciencia sobre este delito y proveer herramientas útiles para luchar contra él”.

La conciencia en torno a este tema también ha incrementado de manera notoria durante los últimos años, gracias a los esfuerzos de muchas organizaciones que velan por el cumplimiento de los derechos humanos. En conjunto con agencias del gobierno, éstas están determinadas a educar tanto al público en general como a los grandes corporativos sobre las señales para identificar el tráfico de personas y cómo proceder una vez que se haya detectado un caso en particular.

Al ser una industria global, el sector de la hospitalidad juega un rol en el reconocimiento y la lucha contra estos crímenes. Exhortar a dichas compañías privadas a reconocer el grado de responsabilidad que tienen de proteger múltiples vidas, las cuales son ser destruidas día con día por esta atroz práctica, es un paso importante a favor de las víctimas.

Los traficantes de personas aprovechan la anonimidad que brindan los establecimientos relacionados con la hospitalidad como base para realizar sus operaciones. Ya sea como una ubicación desde la cual pueden administrar el tráfico de vidas humanas, o incluso como el lugar en el cual estos individuos son obligados a laborar de manera completamente involuntaria, forzándolos por cualquier método posible.

Es un error común pensar que el tráfico de personas sólo ocurre en países menos desarrollados y en hoteles de mala calidad: la realidad es que puede darse en cualquier lugar y de muchas formas diferentes.

En México, el Fondo Mixto de Promoción Turística, el Consejo Ciudadano de la CDMX y la Asociación de Hoteles firmaron en mayo de este año una carta compromiso para combatir el tráfico de personas. Dicho documento marca la promesa de los negocios involucrados -que en conjunto suman 275 hoteles- por capacitar a sus empleados para que puedan identificar a una víctima de trata y/o explotación sexual, así como canalizarlas a instituciones que puedan atenderlas y mantener seguras.

Estas acciones no son suficientes, considerando que, de acuerdo con el Reporte sobre Tráfico de Personas 2017 (elaborado por la embajada norteamericana), “México no cumple plenamente con las normas mínimas para la erradicación de la trata de personas”.

Asimismo, es complicado saber el impacto de dichas acciones, cuando las cifras que se tienen sobre el número de víctimas de esta actividad delictiva son todo menos exactas y existen estimaciones que van desde los 50 hasta los 500 mil esclavos modernos, quienes realizan labores forzadas o son víctimas de explotación sexual.

A nivel global, la cadena de hoteles Marrriot International recientemente colaboró con ECPAT-USA y Polaris -dos organizaciones sin fines de lucro que lideran en este frente- para luchar contra el tráfico de personas a través de programas educativos que fueran accesibles para diversos idiomas. Hasta ahora, más de medio millón de empleados de Marriott han completado su entrenamiento de forma exitosa, aprendiendo a detectar señales de alerta tempranas como:

  • Equipaje y ropa mínima
  • Múltiples hombres siendo acompañados uno a la vez hacia una habitación de huéspedes
  • Individuos que no pueden hablar con libertad o parecen desorientados
  • Huéspedes que insisten en que no se realice la limpieza del cuarto

Muchas compañías hoteleras han seguido estos pasos y comienzan a tomar acciones implementando sus propias medidas.

Wyndham Hotel Group se alió con Polaris en 2014 para producir, distribuir y entrenar a sus empleados a través de herramientas integrales educativas sobre el tráfico de personas. Se ha convertido en algo estándar para las compañías hoteleras globales publicar una declaración en la cual refuercen su compromiso por combatir el tráfico de personas.

Estas declaraciones son importantes para establecer y supervisar las estrategias que las compañías deben seguir en sus procesos de identificación de riesgos, administración, entrenamiento y concientización. La creación de indicadores de desempeño, los cuales midan el grado de éxito de estas políticas, son de la misma importancia que la implementación de estos procesos para combatir el problema.

Hilton no sólo se ha comprometido con entrenar a todos sus empleados con respecto al tema, sino que también realizará una investigación de todos los hoteles que operan y países en los cuales están presentes, para identificar cualquier amenaza a los derechos humanos, en colaboración con la Asociación Internacional de Turismo.

Sin embargo, incluso para miembros del personal entrenados, detectar un crimen puede ser difícil, ya que frecuentemente se realizan tras puertas cerradas y las señales de alerta pueden ser algo ambiguas. El personal, así como los huéspedes, deben mantenerse vigilantes y no tener miedo a reportar comportamientos sospechosos. Es alentador ver a las compañías de la industria de la hospitalidad tomar medidas que ayuden a la erradicación de los trabajos forzados y otras formas de tráfico de personas, pero aún hay un largo camino que recorrer para cumplir con el objetivo.

Redacción

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