Lo qué hay por saber en seguros de la construcción

Tomando en cuenta que nuestro país es territorio de sismos, huracanes y demás manifestaciones climatológicas, cada vez es más común que las empresas del sector inmobiliario recurran a proteger sus desarrollos, sin importar si éstos son industriales, corporativos, de vivienda, comerciales o de otro giro.

Las fianzas y seguros de construcción representan grandes aliados de las compañías inmobiliarias, aplicando desde el inicio, hasta que entran en operación, a la vez de salvaguardar tanto el complejo, como a los trabajadores, a terceros e incluso las herramientas y posibles daños provocados por errores humanos.

La firma Lockton México explica porque resulta fundamental contar con la cobertura apropiada para hacer frente a los riesgos patrimoniales que se puedan presentar, enlistando los diversos tipos de fianzas que existen y para qué funcionan:

  • Concurso y Licitación: funciona para mantener la oferta cuando se participa en un concurso al adjudicarse un proyecto o trabajo.
  • Anticipo: garantiza al beneficiario que otorga un recurso económico para poder iniciar los trabajos y que se invierta en lo que está pactado en el contrato.
  • Cumplimiento: garantiza que los trabajos sean realizados en tiempo y forma, de acuerdo a lo pactado en el contrato, pedido, orden de compra, etc.
  • Vicios ocultos o Buena calidad: Cubre los trabajos que se hayan realizado tengan la calidad establecida en el contrato, pedido, orden de compra, etc. Posterior a la entrega – recepción de Obra.

Destacar que estas tres últimas fianzas por lo general se solicitan en un solo contrato, pero en diferentes momentos y su importancia radica en mantener disponibles los activos de las empresas, permitiendo la fluidez y crecimiento.

A las fianzas le siguen los Seguros en Construcción, complemento fundamental para asegurar la viabilidad de un proyecto, ya que a decir de Mario Ortiz, director de Daños en Lockton México, “éstos cubren al inmueble desde el primer día que inician los trabajos, pero además y dependiendo la cobertura, también lo hacen con los trabajadores, materiales, herramientas e incluso a terceros, es decir, a personas ajenas al desarrollo, pero que pudieran llegar a tener un accidente a casusa de la construcción”.

Al finalizar la construcción del inmueble y dependiendo del contrato, el seguro de construcción podrá cubrir la edificación por meses e incluso hasta años después -12 o 24 meses-, por si se presentan desperfectos en la estructura que puedan provocar desgastes, colapsos, accidentes, o si se llegaran a tener eventos naturales como lluvias y terremotos, subrayó el especialista en Daños.

Mario Ortiz, también comentó que cada vez es más recurrente que los dueños y constructores de nuevas edificaciones estén conscientes de tener las coberturas correctas para proteger sus inmuebles de desastres naturales, eventualidades como incendios e incluso errores humanos con seguros de Obra.

Estos pueden clasificarse de la siguiente manera:

Cobertura principal o A: pérdidas o daños materiales que sufran los bienes en forma accidental, súbita e imprevista. Todo riesgo de construcción, es decir, errores en diseño y responsabilidad civil, pérdida de ingresos.

Cobertura B: por riesgos resultantes de un terremoto, maremoto o situación volcánica.

Cobertura C: ciclón, marejada, huracán.

Cobertura D: daños que cause directamente el contratista a la obra o errores humanos. Por ejemplo, cuando una grúa golpea una columna y la derribe.

Adicionalmente a la A con una suma asegurada se pueden amparar riesgos como:

Coberura E: por daños a bienes de terceros (10) que ocurran durante la ejecución del contrato de construcción.Cubre los bienes de terceros.

Cobertura F: cubre a terceras personas, incluyendo lesiones o incluso muerte. Son persona que no tenga relación con la obra.

Cobertura G: se fija una suma asegurada para cubrir gastos que excedan el deducible por concepto de remoción de escombros por estructuras rotas y limpieza.

Por último, ambos especialistas coincidieron en apuntar que Lockton es un jugador relevante en el acompañamiento con los clientes para entender cuáles son sus necesidades y con base en ello determinar los alcances de los contratos para seleccionar adecuadamente las responsabilidades y sugerir al cliente el mejor esquema de póliza. La recomendación es que todo ello se debe hacer al menos en 90 días antes de iniciar cualquier proyecto.

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