Uno de los grandes retos que los productores de cerveza artesanal deben enfrentar es el control de la temperatura en la distribución de sus productos. En un mundo perfecto, cada botella debería conservarse y transportarse en un rango de temperatura de 5° a 6° centígrados para que el consumidor la disfrute tal y como el productor la diseño en sabor, textura y color. Y aunque en México eso parece un mito, hoy sabemos que sí es posible controlar las cadenas frías, siempre que se cuente con los procesos, tecnología y personal adecuados.
Si bien el precio de la cadena frías podría parecer poco redituable o difícil de costear, lo cierto es que cuidar el control de calidad, siempre paga bien. Una cerveza donde el sabor permanece inalterado y el color es apetitoso, seguramente tendrá mejor recepción con un consumidor exigente y que cada vez sabe más sobre el producto que consume.
Como parte de su estrategia de expansión, en maxiaNET llevamos varios meses trabajando con productores de cerveza artesanal en un proceso de control de la cadena fría que ha dado resultados positivos justo en la calidad del producto que se entrega al consumidor final. En particular, se han implementado procesos y tecnología de punta para lograr:
- Control de la cadena fría a través de mejores prácticas en alimentos y bebidas, que incluyen todo el ciclo de vida del producto.
- Incorporación de personal altamente entrenado en estos procesos y el aprovechamiento de la tecnología: contenedores IoT que son reutilizables y permiten monitorear la temperatura del producto en tiempo real.
- Colaboración con todos los eslabones de la cadena: productores de cerveza, proveedor de tecnología y distribuidores, para proveer de comunicación constante, análisis y optimización del proceso.
Así, hoy en día, los productores de cerveza artesanal podrían adoptar dichos procesos para lograr que el producto se almacene y distribuya en el rango de temperatura correcto; las órdenes de compra se cumplan en tiempo y forma; y los transportistas y distribuidores cumplan con los acuerdos originales, pues contarían con mecanismos para monitorearlos constantemente.
En nuestra experiencia, cuando se trata de monitorear y controlar cadenas frías, lo más importante es incorporar a los profesionales mejor entrenados y la tecnología que les permita anticipar riesgos, identificar rápidamente los errores, corregir a tiempo cualquier desviación y, en conclusión, ser más eficientes al manejar las marcas de cerveza.
Por Emilia Manzaneque, directora de desarrollo de mercado
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