Algunos retos que toda empresa enfrenta en su etapa inicial son la gestión financiera, los ajustes a su modelo de negocio, la estrategia de ventas, así como la estructura y funciones de los colaboradores, reflejándose en los 3 primero años de existencia.
Daniela Blank, Integrante del Consejo Directivo de la Asociación de Emprendedores de México (ASEM) y CEO y Socia Fundadora de GROW, una agencia de cultura organizacional considera que, para sortear estas adversidades toda empresa debe tomar en consideración tres factores para mantener un crecimiento sostenible:
- Evaluar constantemente el problema a resolver
Para alinear el modelo de negocio a las necesidades de los clientes, por ello se debe analizar a detalle el problema que buscan resolver, bajo la premisa de que éste cambia constantemente a medida que transcurre el tiempo.
Para adaptarse y sortear adversidades, las empresas deben tomar en consideración factores como:
- Flexibilidad, que implica tener la apertura suficiente para adaptar el producto o servicio acorde a las necesidades del mercado.
- Métricas, llevar un registro de avance y metas alcanzadas a fin de crecer de forma ordenada.
- Mercadotecnia, enfocada a las necesidades específicas del modelo de negocio.
- Equilibrio, que conlleva a mantener una debida armonía entre las inversiones, los gastos y los márgenes de ganancia.
- Más productos no es igual a más ventas
Durante los primeros tres años de vida, la fuente principal de financiamiento del 90% de las empresas son los recursos propios de los fundadores o socios, por lo que las ventas son clave para la supervivencia de la empresa, desde la validación del producto o servicio, la competencia, hasta la construcción de una base de clientes.
La metodología Scaling Up puede ser de gran ayuda para las empresas, ya que les proporciona un enfoque estructurado y probado para lograr un crecimiento sostenible y exitoso.
Algunas formas en que Scaling Up puede ayudar a las empresas son:
- Enfoque estratégico: proporciona herramientas para analizar el mercado, define objetivos y establece indicadores clave de rendimiento para medir el progreso.
- Optimización en la ejecución: ayuda para establecer metas y objetivos claros, así como identificar y sortear obstáculos que puedan surgir en el camino.
- Gestión del crecimiento: ofrece herramientas para administrar el crecimiento de forma efectiva como la estructuración de equipos, la alineación de todos los colaboradores con la visión y valores de la empresa, así como el desarrollo de talento.
- Gestión del flujo de efectivo: la metodología ofrece elementos para mejorar la rentabilidad y garantizar que la compañía tenga suficiente capital para respaldar el crecimiento.
- Debida estructura del equipo de trabajo
La estructura y funciones de los colaboradores es otro desafío durante los primeros tres años de existencia de las PyMEs, debido a que en equipos pequeños cada colaborador asume múltiples roles y responsabilidades para cubrir las necesidades del negocio.
Al tomar en cuenta estos tres factores, las empresas pueden mejorar su enfoque estratégico, optimizar la ejecución y fortalecer su equipo de trabajo, lo cual les permitirá enfrentar de mejor forma adversidades y crecer de manera sostenible durante sus primeros años de vida, concluyen ambos especialistas.
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