Una empresa que cuenta con una base sólida de clientes en el país de origen, su siguiente paso es la expansión hacia otras naciones con la finalidad de potencializar el crecimiento. En México, hay ejemplos de empresas que expandieron sus operaciones a otros países y ahora son exitosas compañías; sin embargo, muchas otras se quedaron en el camino.
Convertirse en una empresa global trae consigo una serie de retos, ya que el ecosistema donde se pretende expandir el negocio no es similar al país de origen, lo cual puede traducirse en un menor número de clientes, falta de conocimiento del mercado, etc.
Patricia Chávez, experta financiera en créditos hipotecarios y Arturo Carvajal, socio fundador de Maat Asesores S.C., ambos miembros de la Asociación de Empresarios Mexicanos (AEM USA), señalan los tres retos principales a los que se enfrentan las empresas mexicanas cuando buscan su internacionalización:
1) Buscar redes de apoyo y conocer las reglas
La primera clave para que un negocio sea replicable fuera del país, consiste en buscar apoyo e intercambiar experiencias con otros empresarios a fin de valorar el mercado e iniciar operaciones conociendo las principales ventajas y desventajas de la región.
“En este contexto, las redes de apoyo, como la AEM, son un soporte para darle impulso a los empresarios que buscan expandirse. Lo fundamental es acercarse a una red con valores y principios, que cumplan con esa ayuda mutua para que todos crezcan”, indica Patricia Chávez, experta financiera en créditos hipotecarios y socia de la AEM USA.
Además, conocer las reglas, principalmente en materia tributaria, en el país donde se iniciará el negocio es uno de los principales retos para los negocios en expansión, ya que facilita la toma de decisiones financieras e impacta en resultados a mediano y largo plazo.
“Es fundamental conocer, por ejemplo, cuáles son las tasas de impuestos del país, cuáles son las principales obligaciones tributarias, cuáles con las reglas de participación que se tendrán, tanto de la inversión, capital o utilidades que va generando el negocio. Todos esos detalles cuentan; hasta las estructuras corporativas bajo las cuales se puede constituir la empresa. Esto es imprescindible para determinar el éxito o fracaso de un proyecto”, explica Arturo Carvajal, socio fundador de Maat Asesores S.C., y socio de AEM USA.
Incluso un análisis minucioso del mercado al que se va a destinar contribuye a la obtención de estímulos que el negocio puede recibir en una u otra región del mismo país.
“Por ejemplo, en Nueva York y California, Estados Unidos, hay ciertos estímulos para las empresas de tecnología, entonces eso hay que analizarlo con minuciosidad; dónde conviene dependiendo el tipo de industria al que se va a dedicar uno allá. Todo ello favorece la entrada y salida de dinero en el presente y el futuro”, precisa Carvajal.
2) Eliminar creencias
En medio de un contexto económico complejo, una de las principales barreras que impiden a las empresas mexicanas desarrollarse fuera del país es la falsa creencia de que en otras regiones existen grandes condiciones adversas y una considerable desigualdad que limitan el arribo de nuevos proyectos.
“El primer desafío que tenemos las empresas mexicanas para incurrir en un mercado como Estados Unidos son las falsas ideologías como: considerar que hay grandes desigualdades, que hoy es más caro expandirse, entre otras; sin embargo, es una realidad lo que hemos escuchado muchísimas veces en diversos medios: las crisis son el mejor momento para crecer. La clave es sencilla: dime qué haces y si lo que haces puede funcionar en un país que no es el tuyo”, añade Patricia Chávez.
La empresaria argumenta que para inhibir las falsas creencias, una empresa debe apostar por su creatividad y resiliencia para dar ese salto hacia nuevos mercados.
“No existe un modelo preciso que te diga este el paso uno y luego sigue el paso dos, depende de cada empresario. Más que seguir un modelo para que el negocio crezca fuera del país, hay que hacer las cosas convencido de que lo que se está haciendo puede beneficiar al que está del otro lado de la frontera”, puntualiza.
3) Recibir asesoramiento y capacitación constante
El acceso a distintos niveles de información, principalmente en materia tributaria, así como el acercamiento a los distintos niveles de gobierno del país donde se expande el negocio favorece a que los proyectos evolucionen con una mayor certeza jurídica en su inversión y mayores facilidades para continuar creciendo.
“Es imprescindible tener cursos o pláticas en donde, tanto empresarios como asesores, podamos converger y decir cuáles han sido los retos y las experiencias que en el proceso de internacionalización nos hemos encontrado. Considero que esos son los dos planos más importantes que a través de la AEM podríamos hacerlo”, concluye Arturo Carvajal.
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