América Latina es una zona geográfica colmada de recursos naturales. Amazonas, Mesoamérica, la Patagonia y el Caribe son sólo ejemplos de las áreas con mayor diversidad en especies animales y vegetales en el mundo. Latinoamérica es una de las principales proveedoras de materia prima en el mundo, pues exporta petróleo, maderas, gran diversidad de peces, semillas y todo tipo de alimentos.
Sin embargo, la zona es muy pobre. ¿Por qué? Algunos expertos aseguran que el problema de América Latina son los latinoamericanos, es decir, sus habitantes. A mi parecer, uno de sus principales problemas son sus políticos. La política ha sido la causa de retrasos en el progreso de la región y ha alejado las inversiones. Analicemos algunos casos.
Argentina es uno de los países en el que existe poca certidumbre acerca de las decisiones que tomará el gobierno con respecto al sector empresarial. Los aranceles a los productos importados cambian al menos una vez cada dos años; las industrias internas son protegidas cada vez que los gobernantes lo deciden.
Algunas empresas mexicanas que se instalaron en Argentina tuvieron que cerrar después de que repentinamente el gobierno les impuso mayores impuestos, como fue en el caso de algunas productoras de pañales. Los aranceles para alimentos, por ejemplo, se han incrementado hasta en un 400% para algunos productos alimenticios, ocasionando que industrias como las que producen semillas ya no puedan meter sus productos a ese territorio. En pocas palabras, invertir dinero en Argentina es una de las actividades más riesgosas pues no se sabe qué hará el gobierno para sacar ventaja y solucionar sus problemas fiscales.
Colombia, por otro lado, ha mostrado al mundo que este país es propicio para invertir. El presidente Álvaro Uribe ha implementado la política de “seguridad democrática” que ha permitido que el estilo de vida de los colombianos haya cambiado significativamente. Hace 10 años, por ejemplo, era imposible salir más de 5 kilómetros de la ciudad de Bogotá pues elementos de las FARC secuestraban a quienes se adentraban a esos territorios. El gobierno no tenía control alguno sobre el territorio nacional. Álvaro Uribe ha cambiado esa situación por lo que ya se vislumbra la posibilidad de que se reelija por segunda ocasión. Sus decisiones han incentivado la inversión extranjera, aunque aún está lastimada la imagen de Colombia alrededor del mundo.
México, por su parte, es catalogado alrededor del orbe como uno de los países con mayores índices de corrupción e inseguridad. En el mundo se observa a México como un país que no puede controlar el problema del narcotráfico.
De hecho, se nota claramente que los gobiernos locales en México no pueden controlar las tasas de secuestros. La corrupción es también bien conocida por todos. El rendimiento que se obtiene de invertir en México no es grande; en los últimos 5 años la tasa de crecimiento de México no ha superado el 3% anual, el cual es un nivel muy por debajo de la mayoría de las naciones en vías de desarrollo. México no es atractivo para invertir pues el gobierno no ha sido capaz de solucionar esos problemas.
Finalmente, uno de los casos mejor conocidos es el de Venezuela. Hugo Chávez nacionaliza las industrias, y con eso aleja a los inversionistas. ¿Quién quiere invertir en Venezuela si probablemente mañana se nacionaliza mi empresa? Además los intereses políticos del primer mandatario y su poder ilimitado dejan el futuro de las empresas en sus manos.
América Latina podría crecer como las regiones más desarrolladas del país, pero sus gobiernos no han tenido la capacidad de controlar los problemas internos ni han ejercido suficientes políticas para atraer capitales. Los gobiernos de América Latina deben empezar a pensar en el futuro y dejar de estar divididos por problemas internos.
Escrito por Esteban Ruiz Pulido / Colombia