El organismo empresarial destaca que las noticias provenientes de Estados Unidos, Europa y Asia, confirman que la desaceleración domina el desempeño de la economía mundial, generando turbulencia en los mercados financieros, elevando el nerviosismo entre los inversionistas y creando un ambiente de creciente desconfianza en torno al futuro inmediato de la economía internacional. Se ha enrarecido el panorama económico mundial.
Los problemas económicos y financieros gravitan pesadamente en el ánimo de empresarios y consumidores, acentuando la desaceleración y debilitando el comportamiento de indicadores tales como generación de empleos, ventas, producción y confianza, entre otros. Los pronósticos del crecimiento económico esperado para este y el próximo año se ajustan a la baja, mientras el desempleo sigue elevado y la cautela afecta la inversión productiva y el consumo.
Los problemas asociados a la deuda en algunos países europeos, al déficit en las finanzas públicas de diversos gobiernos y al debilitamiento de la economía estadounidense, han sembrado nerviosismo, sacudido a los mercados bursátiles y elevado el riesgo y los temores acerca de una eventual recaída económica, cuyos efectos nocivos se extenderían de inmediato al comercio internacional, perturbando el desempeño de economías como la mexicana que depende en alto grado del motor exportador y del mercado estadounidense.
En la Confederación de Cámara Industriales de los Estados Unidos Mexicanos, Concamin, consideramos que frente al deterioro del panorama económico mundial, autoridades, empresarios y trabajadores debemos actuar oportunamente a partir de tres objetivos:
* Fortalecer el blindaje de la economía
* Impulsar el despegue del mercado interno,
* Y apuntalar el crecimiento de la planta productiva,
Para lograrlo es indispensable aprovechar íntegramente las herramientas de política económica disponibles y enviar señales claras de promoción a la inversión productiva y el empleo, protegiendo la legalidad y un adecuado clima para los negocios.
Promover el crecimiento es mucho más que un acto de voluntad. Requiere un programa concertado por los distintos sectores y un aparato productivo bien pertrechado para enfrentar la desaceleración, con recursos financieros oportunos y competitivos, con infraestructura adecuada, bajos costos y un mercado capaz de absorber la oferta de bienes y servicios a partir del aprovechamiento integral del consumo de empresas, consumidores y de los tres órdenes de gobierno.
En un ambiente marcado por la desaceleración de las ventas y la producción, es crucial aprovechar la demanda interna para amortiguar la desaceleración, consumiendo lo que se fabrica competitivamente en el territorio nacional para conservar el empleo y proteger la legalidad.
¿Cómo lograrlo? a través de una estrategia concertada que permita responder con rapidez y firmeza al ambiente cada vez más complicado que se perfila en la economía mundial. En tal sentido, proponemos:
* Ampliar la reserva de compras gubernamentales a favor de las Pymes, para privilegiar la proveeduría nacional, impulsarla demanda interna y estimular la operación y aprovechamiento de la capacidad ociosa presente en las empresas de menor tamaño;
* Concentrar en agosto y septiembre la ejecución y el inicio de las obras públicas previstas para su licitación o arranque en el último trimestre del año, evitando subejercicios o posposiciones injustificadas de la inversión autorizada por el Congreso;
* Reactivar el programa para el desarrollo de proveedores, a fin de impulsar la sustitución eficiente de aquellos bienes importados que podemos producir competitivamente, aplicando íntegramente las reservas y condiciones favorables a los productores nacionales negociadas en los tratados comerciales;
* Establecer contenidos nacionales obligatorios en determinados proyectos, para fortalecer las cadenas productivas e impedir que el efecto de las compras gubernamentales se transfiera al exterior bajo la forma de mayores importaciones;
* Emprender en todo el país un eficaz programa de combate a la informalidad cuyo impacto sobre la legalidad, los derechos de autor y la rentabilidad de sectores dedicados a la producción de películas, música, prendas de vestir, perfumes, libros, medicamentos, bebidas alcohólicas, juguetes, herramientas y software, afecta injustificadamente a empresas y empleos;
* Asegurar un adecuado flujo de recursos crediticios al aparato productivo. El costo del financiamiento y su oportuna canalización al aparato productivo nacional, son asuntos cruciales para el crecimiento y modernización de la economía e impulsar un crecimiento que dependa más de nosotros mismos y menos de los vaivenes externos;
* Contener el fortalecimiento del tipo de cambio. La sobrevaluación del peso ha promovido la compra de bienes elaborados en otros países, afectando eslabonamientos productivos, así como el esfuerzo modernizador de numerosas empresas y la competitividad-precio de nuestras exportaciones, en momentos en los que es indispensable fortalecer a la planta productiva y favorecer la compra de lo que se elabora en México con eficiencia, calidad y precios competitivos.
* Frenar la desgravación arancelaria que además de abrir más nuestro mercado sin obtener nada a cambio de nuestras contrapartes, incentiva las importaciones, golpea la competitividad de la industria nacional y afecta el empleo. Ni el proteccionismo ni la apertura unilateral son, en estos momentos, opciones viables para la economía mexicana;
* Otorgar estímulos fiscales de corte temporal, de fácil aplicación y efecto inmediato, que promuevan la inversión productiva, la preservación de las fuentes de trabajo y el fortalecimiento de la actividad económica nacional;
* Impulsar la competitividad en aquellos sectores donde aún queda trabajo por hacer para facilitar la entrada y operación de inversionistas que amplíen la oferta de bienes y servicios, y contribuyan al establecimiento de precios y tarifas competitivas para empresas y consumidores.
* Y promover una campaña para la compra de productos nacionales, asumiendo que el fortalecimiento del mercado interno es condición indispensable para reducir nuestra dependencia de lo que suceda más allá de nuestras fronteras.
México necesita depender más de sí mismo y menos del exterior para crecer, modernizarse y enfrentar los vaivenes de la economía mundial.
Nos pronunciamos a favor de una estrategia que eleve la competitividad, reduzca el costo-país, impulse las reformas estructurales, brinde apoyos más efectivos a las Pymes y aproveche integralmente de las compras de gobierno, para contener la desaceleración e impulsar el crecimiento sostenido de la actividad económica.
Respondemos así a nuestra responsabilidad como órgano de consulta y activo promotor del interés nacional a favor del desarrollo sostenido de la economía nacional.
Redacción
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