En años recientes, la rendición de cuentas ha sido contemplada más que como una voluntad política, como una exigencia normativa y responsabilidad de los funcionarios públicos, sustentada en el incremento del interés de la ciudadanía para obtener mayor información respecto a la gestión pública en nuestro país.
Durante 2012 en México no sólo habrá el cambio de gobierno federal, también siete estados entrarán en proceso de elegir a sus gobernadores y más de 880 municipios cambiarán de presidente. Las administraciones salientes deberían de estar obligadas a cumplir con un proceso de entrega y rendición de cuentas que constante el estado en que se entrega la administración de los gobiernos en cuanto a sus recursos y patrimonio, así como los pendientes y planes estratégicos que den continuidad a las políticas institucionales de los gobiernos.
Actualmente, varias entidades del país tienen ya definidos normativamente sus planes de transición, en algunos casos descritos en leyes, acuerdos o decretos.
En este contexto, los funcionarios públicos cuentan con la premisa de informar de manera clara, oportuna y honesta los avances y resultados respecto a su periodo de gestión, o bien, proyecto asignado.
“Contar con información uniforme, ordenada y administrada estratégicamente se convierte en un elemento clave de rentabilidad y credibilidad de la gestión gubernamental, ya que, además de informar sobre los resultados y logros de la gestión, permite identificar oportunidades de mejora, o en su caso, dar continuidad a programas y proyectos en proceso”, señaló Enrique Clemente, Socio de Sector Público de Deloitte México.
“Nuestro país ha realizado importantes avances en este tipo de procesos. Hoy, la federación, los estados y los municipios definen sus estrategias en los procesos de entrega y recepción considerando los aspectos políticos y de responsabilidades administrativas. Las prácticas de utilizar herramientas tecnológicas para documentar y preparar los “Libros Blancos” empiezan a convertirse en un elemento importante de soporte en la transparencia de la gestión pública”, agregó el experto.
Iniciar con el conocimiento de los retos y oportunidades de una nueva gestión de gobierno es tan importante como cerrar el ciclo gubernamental sin mayores contratiempos. La importancia y complejidad que implica un buen proceso de entrega – recepción de datos recae principalmente en la integración de información por parte de los servidores públicos y el seguimiento de avance y conclusión del proceso para cumplir de manera oportuna con lo planeado.
“Es bien cierto que muchas entidades públicas enfrentan retos importantes con el manejo y administración de contenido, asumiendo riesgos relacionados con la seguridad de la información o con la toma de decisiones. Por tanto, el proceso deberá contemplar la forma en que será capturada la información, así como los mecanismos para compilarla y administrarla en una base de datos que deberá ser almacenada para constancia y consulta por parte de los interesados, así como evidencia para la fiscalización o análisis, al tiempo que garantiza la preservación de los archivos”, señaló Enrique Clemente.
“La claridad en la información proporciona certidumbre en las decisiones y ayuda a resolver dudas que pudieran plantearse al inicio de las administraciones. Los aspectos informáticos, hoy en día, tienen una gran relevancia para la administración pública y son un apoyo indispensable para procesar y recabar información que ayuden a la toma de decisiones y permitan comparaciones para una objetiva evaluación de la gestión de los gobiernos”, concluyó el experto de Deloitte México.
La rendición de cuentas y la transparencia son dos componentes esenciales en los que se fundamenta un gobierno democrático, el cual debe explicar sus acciones y transparentarse con el objetivo de dar a conocer su funcionamiento y someterse a la evaluación de los ciudadanos.
Redacción
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