Pocas empresas pueden jactarse de tener una plantilla longeva, donde los empleados son reconocidos por su labor y servicio; un ejemplo de ello es UPS, donde a pesar de ser una firma transnacional sus colaboradores se habitúan a una forma de trabajo muy del tipo familiar, la cual se traduce en productividad y confianza.
Después de 29 años de tatuarse UPS en la vida y el alma, para Jorge Castillo, director General de UPS México, la compañía le ha brindado todas las oportunidades posibles: comenzó su desarrollo profesional repartiendo paquetes, después escaló a puestos más ejecutivos, y pudo radicar en el vecino país de norte por su labor, para regresar a nuestro país a ocupar su cargo actual.
Al preguntarle al directivo sobre cómo visualiza la firma después de dejar el cargo, “en unos años claro está” (risas), serio y con claridad señala que con el doble de objetivos actuales, por ejemplo en clientes y colaboradores; esto implica un crecimiento agresivo en términos de mercado.
Feliz por lo que la vida le ha ofrecido, no podemos dejar de lado la pregunta obligada sobre su retiro, que con franqueza desdibuja su semblante al comentar que “eso está lejos o tal vez no suceda porque hace lo que le gusta”, aunque reconoce que muy al final tendría que hacer algo o inventarse algo.
Sobre el equilibrio entre familia y trabajo, Castillo expresa que la buena relación familiar le permite alcanzar nuevos retos y eliminar estrés; por otra parte, la gran sorpresa para el directivo en términos de mercado, es que México a pesar de las turbulencias económicas vividas desarrolló en los últimos años una especie de antivirus, el cual le permite mantenerse avante frente a circunstancias adversas como las ocurridas con la economía estadounidense.
Fernando Heredia