Hoy día estamos tan acostumbrados a recibir correo directo en casa con promociones y publicidad que ya simplemente no le hacemos caso o le desechamos de manera automática.
Este fenómeno de percepción selectiva, donde el receptor de publicidad descarta o acepta de manera automática un mensaje, es también un punto a considerar en la publicidad digital.
Cuando abro una página en internet y un flotante aparece, si su gancho publicitario se posiciona como interesante en mi mente, profundizare en el mensaje, si no automáticamente lo descartare.
Lo mismo sucede con los correos electrónicos y las redes sociales, es más importante el mensaje que el medio mismo; los correos masivos, basados en la compra de bases de datos, que teóricamente están ya previamente especializadas o dirigidas a un tipo de consumidor o target, no lo son tanto, si no están previamente filtradas por aquel con el que hace el convenio o intercambio de la base de datos.
Como ejemplo, si yo soy un profesional independiente que provee cursos empresariales, la base de datos de una cámara de comercio y sus afiliados o un sitio que publica información del tipo especifico serán de manera directa una excelente opción para hacer publicidad de mis servicios.
En cambio un portal abierto, con usuarios de todo tipo que pide el correo como forma de registro, cuenta con tal diversidad que es un tiro con escopeta, tirar miles de correos para atinar solo algunos cuantos
En las redes sociales es un caso parecido, para entender hay que primero entender la regla de los seis grados, en redes sociales, tentativamente uno puede hacer contacto con todas las personas en el mundo, tan solo con seis contactos, esos seis contactos multiplicados, hacen que mi capacidad social se expanda exponencialmente.
Por un simple calculo matemático, al hacer uso de las redes sociales y un usuario simple con seis contactos, esos contactos multiplican mis posibilidades de impacto correcto sobre un target especifico, lo cual es relativo, ya hace algún tiempo que las redes sociales se han visto invadidas por usuarios más heterogéneos, ahora tener a la familia, compañeros del trabajo, y amistades reales y virtuales revueltos en los contactos, ha desvirtuado la publicidad en redes sociales.
Mismo caso, si voy a hacer publicidad de un servicio en particular, se deben buscar las redes sociales y grupos que correspondan al perfil del consumidor y el servicio o producto ofrecido.
Más allá de la ya conocida segmentación de mercados en targets y subtargets, internet y las redes sociales han atomizado, subdividido infinitamente a los consumidores.
Para ello las empresas de publicidad han creado áreas específicas para poder controlar y mejorar la efectividad en dicha especialidad del campo publicitario, se han creado profesiones como el “webmaster”, el “community manager”, los “info diggers”, etc., que tienen formaciones específicas en especialidades de dicho campo, y que manejan herramientas especializadas para su desarrollo y control.
La promesa de hacer su propia publicidad en redes sociales, es ya una quimera que empezó con dichas redes, pero su promesa inicial se ha diluido por el mismo avance natural de ellas.
Mas allá de que nos descorazonemos en el intento de hacer publicidad en internet, a través de correo o redes sociales, este es un intento de reflexión sobre, si es conveniente invertir o no en dicho campo, sin una guía correcta, pero sobre todo un consumidor, objetivo y capacidades claras y definitivas, para que como todo en publicidad maximice la inversión y no sea gasto.
Solo para resumir esta entrega, es más importante el mensaje correcto, la redacción adecuada, por supuesto después de definir claramente el target y de ahí el medio adecuado, y la selección del proveedor de red o base de datos, que simplemente lanzarse a un medio porque “está de moda”.
Mtro. Felipe Augusto Torres Rodríguez.
Consultor en Estrategia y Alta Dirección
felipeaugustot@gmail.com
@PhillipeTours