Es claro que nuestra relación con el mundo se da a través de nuestros sentidos, en particular eso que aprendimos desde muy pequeños en casa y reforzado con educación en la escuela.
Ese proceso de recopilación de datos y agrupación, se llama percepción, y es una estructura ordenada en nuestro cerebro, lo agradable, desagradable; lo salado, lo dulce; lo ruidoso, lo armónico; así cada uno de nuestro sentidos nos da información y nuestro cerebro la recopila de acuerdo a categorías que nosotros mismo creamos, un poco por influencia del entorno, un mucho por experiencia propia y asociación.
A eso también le llamamos conciencia, así sin S, ya que es diferente, la conciencia es nuestra relación empírica perceptual del mundo; la consciencia es una serie de conceptos complejos y estructurados sobre nosotros mismos y definiciones de otros, la teoría yo y del otro, auto definiciones y creación de conceptos complejos.
Así que entonces el marketing sensorial apela a la Conciencia, nuestro contacto con el mundo que nos lleva a construir nuestra relación con él y ahora como objetivo de estudio, a las marcas.
Cada uno de nuestro sentidos reflejan información diferente, por ejemplo, el olfato, algo que pareciese algo tan inútil en los humanos, a diferencia de otros animales, es todavía muy importante, no solo en lo consciente, donde un lugar maloliente o desagradable, muy acido o picante nos alejara rápidamente, o nos atraerá, si es que tenemos hambre, el olfato es responsable del enamoramiento, hoy en día sabemos que nos “enamoramos” del olor del otro; de ahí que las parejas no solo sean atracción física, en realidad son atracción química.
Medios electrónicos, periódicos, espectaculares; pero mas allá el punto de venta, se vuelve multisensorial; el olor del lugar, la iluminación, los espacios para moverse cómodamente, tocar el producto, probarlo. Es la parábola del automóvil, cuántas veces hemos escuchado que alguien le preguntamos porque escogió tal o cual automóvil y su respuesta es: “Pues me subí y dije… de aquí soy.”
Y entonces describen lo cómodo, el tablero, los accesorios y al final, solo para justificar, el precio y las características técnicas. El olor a nuevo de los autos es reflejo de nuestra adicción a lo nuevo a través del olor.
Es así que la sensación, emociones y percepciones hacen su efecto, apelamos a todos los sentidos, pero simplemente no nos damos cuenta, hoy en día hay especialistas que se dedican al “Diseño de experiencias” como una de las opciones importantes en el marketing del Siglo XXI.
Lo más importante, pregúntese a usted mismo, experimente su propio negocio, haga un “Misterious Shopper” disfrácese, vístase usted mismo como cliente, actúe como tal y perciba la experiencia de su propio negocio; que vio, que olió, que sintió, que probó, que escuchó; quiere regresar porque le fue agradable o valioso; si no es así, es tiempo de revisar su marketing sensorial, la experiencia del cliente, desde que nos ve, huele, escucha, prueba y siente.
Mtro. Felipe Augusto Torres Rodríguez.
Consultor en Estrategia y Alta Dirección
felipeaugustot@gmail.com
@PhillipeTours
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