Pasar de ser un micronegocio a un gran corporativo no tiene que ser un sueño inalcanzable, si sabes hacia dónde vas y tomas las decisiones correctas el camino, aunque con sus retos, será más claro, pero para cumplir tus objetivos empieza por dejarlos claros.
Algunos consejos que puedes aplicar en tu empresa para ir detrás de metas específicas son:
– No caigas en generalidades. Por supuesto puedes desear crecer tus ventas o llegar a nuevos mercados, pero es mejor que tengas claro en qué porcentaje quieres aumentar tus ingresos o en qué parte quieres tener una nueva sucursal.
– No lo dejes sólo en tu mente. Por muy buena memoria que tengas una manera de garantizar que estarás enfocado en tus objetivos es tenerlos bien claros y dejarlos por escrito.
– Tu primero. Ver a tu alrededor podrá ayudarte a definir objetivos y cambios, pero procura primero pensar de manera local o incluso personal, ¿cuáles son las fallas en tu empresa que quieres modificar o qué hábitos están deteniendo tu éxito?ç
– No dejes que el miedo te venza. Piensa en los retos que tuviste que pasar para emprender un negocio, en todas las críticas u obstáculos que enfrentaste, y a pesar de ello seguiste tu sueño, este es un proceso similar que no debe intimidarte.
– Corto, mediano y largo plazo. Nada sucede por arte de magia, tienes que ser realista y saber qué puedes hacer en las próximas semanas y qué tomará más tiempo, si no haces estimaciones reales te toparás con la frustración de no ver cumplidos tus objetivos.
– Confía en tu equipo de trabajo. Si tienes dudas sobre las metas que deberías perseguir o cuál es la manera de conseguirlas acércate a tus empleados, ellos tienen una perspectiva diferente y podrán orientarte.
– De menor a mayor. Tienes que pensar en grande, pero también entender los pequeños cambios que te llevarán hasta ese punto, por ejemplo si tu meta es triplicar tu número de clientes considera desde la estrategia que crearás para atraerlos hasta el personal que necesitarás para atender la demanda.
– No te conformes. La mejor manera de nunca enfrentar el fracaso es poniendo metas sencillas, por ejemplo, un peso más de ganancia cada semestre, si sabes que esto es tarea fácil busca un desafío, ¿qué tal cinco pesos? Aunque no lo logres estarás enfocado en crecer.
– No seas rígido. Si bien el objetivo es ver como se cumplen una a una tus metas no siempre es viable alcanzarlas, por ejemplo si soñabas con exportar a España y te das cuenta de que no es un buen mercado para ti, no te aferres, cambia esa meta y sustitúyela por una nueva.
– Trabajo Duro. De poco servirá que tengas claros los objetivos si los abandonas al mes de haberlos definido, tienes que comprometerte con el progreso y realizar todos los cambios necesarios.
Ariadna Cruz
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