Por: Leonardo Estévez
Director de la Práctica de Infraestructura de KPMG en México, Centroamérica y el Caribe
El crecimiento, la competitividad, así como la modernidad de un país depende de su infraestructura, por ello, debe planearse con una visión clara, integral y a largo plazo. El Programa Nacional de Infraestructura 2014-2018 (PNI) está rompiendo paradigmas, al cambiar la planeación de proyectos que solían ser a corto plazo. Si la competitividad se logra a través del crecimiento económico y el bienestar social que genera la infraestructura, el PNI es la plataforma que le permitirá a México posicionarse como una economía desarrollada, a través del desarrollo equilibrado nacional, regional y local.
El PNI tiene como objetivo que México alcance su máximo potencial, logrando una inversión pública y privada, tanto nacional como extranjera en sectores que detonen el crecimiento sostenido y sustentable.
Competitividad global de México
De acuerdo al Informe Anual de Competitividad Global del Foro Económico Mundial de 2014, que analiza a las 148 principales economías del mundo, México se encuentra en el lugar 55 (53 en 2013) de competitividad. Dentro del apartado de infraestructura de dicho documento, el país está en la posición 64 (68 en 2013), con un valor de 4.1 puntos de un máximo de 7. Estos datos indican que, si bien hay avances, hay grandes áreas de oportunidad para desarrollar al sector.
De este lado del mundo, México representa en proyectos de infraestructura, para las empresas nacionales e internacionales, el mejor equilibrio entre riesgo y rentabilidad. Además debe contar con un marco jurídico que permita mantener la correcta distribución de estos riesgos entre gobierno y el sector privado.
El país lleva desarrollando Asociaciones Público-Privadas (APPs) durante muchos años, incluyendo concesiones y distintos esquemas, permitiendo que la inversión privada haya alcanzado alrededor de un 25% de la inversión total anual para infraestructura. Este programa está contemplando prácticamente un 37%, lo que es una invitación al sector privado e implica aceptar que los recursos del Estado no son suficientes. Hay sectores que ya están dentro de una segunda, incluso tercera generación de APPs.
Inversión en infraestructura 2014-2018
En infraestructura, el país ha invertido en promedio en los últimos años alrededor de 3.76% del Producto Interno Bruto (PIB), pero para poder ser competitivo mundialmente debe alcanzar de un 7% a un 8% como mínimo. El PNI pretende además que México pueda crecer por lo menos 2 puntos adicionales el PIB de su nivel inercial, lo que también permitirá la generación mejores empleos.
Ahora, lo que se espera y es urgente, es la correcta y oportuna implementación de las reformas estructurales y sus leyes secundarias; la realización de proyectos ejecutivos terminados y bien definidos, una coordinación de esfuerzos entre los distintos actores, así como la optimización de procesos de asignación y contratación, incluyendo su transparencia.
Si bien escuchamos el año pasado del “Mexican Moment”, hoy, está nuevamente la oportunidad. El mundo está mirando a México como un país para invertir en proyectos de infraestructura, y lo que debemos hacer es aprovechar este momento para lograr el crecimiento económico y social del país, y con ello lograr que el desarrollo llegue a todas las regiones de la República Mexicana, con el fin de mejorar la productividad y la competitividad nacional.
Todos los actores involucrados resultarán beneficiados a través del PNI, entre ellos, constructores, operadores y desarrolladores de infraestructura, asesores expertos en ingeniería y arquitectura, así como el sector financiero que también tiene una participación muy importante.
Con este nuevo programa nacional, las empresas y el gobierno deben contar con una asesoría integral de calidad en infraestructura en el ciclo completo de desarrollo de los proyectos, para lograr que se vuelvan exitosos, bancables y rentables social y económicamente.
El reto que tiene el gobierno y la comunidad empresarial con el PNI, es lograr una coordinación nacional que optimice los procesos en las distintas etapas del ciclo completo de los proyectos. Hay además una gran liquidez de recursos a nivel internacional, buscando países y proyectos que tengan el mejor equilibrio entre riesgo y rentabilidad. Estamos compitiendo por esos recursos internacionales debido a que México posee los elementos necesarios para lograrlo.