Con el verano en puerta es momento de preguntarte si es necesario tomarse unos días libres o es mejor esperar un poco para ganarse un merecido descanso.
– Temporalidad. Por supuesto el primero punto es tener claro en qué épocas se logran más ventas, si el verano representa una baja en los ingresos no es indispensable tener a todo el equipo de laborando, por el contrario si es una oportunidad, más vale advertir anticipadamente que no habrá descansos.
– Un buen equipo de trabajo. Si estás en una empresa con suficiente compañerismo entre los empleados otorgar los días libres puede hacerse mediante un buen acuerdo, pues los padres desean salir de vacaciones en verano para estar con sus hijos, mientras otros tienen más libertad. Al final la idea es evitar las injusticias y no permitir que los elementos más fuertes se vayan a la vez pues se perdería productividad.
– Objetivos. Si son varios lo que compiten por una semana en particular o es complicado para la organización otorgar las vacaciones en esta temporada puedes decirles que trabajen por un mismo objetivo, que de cumplirse les facilitará el permiso. De la misma manera, si alguno de tus empleados ya tiene planificado su viaje y no puede cancelarlo pídele que te entregue sus pendientes.
– Respeto. Si eres tú o tus colaboradores los que permanecerán fuera de la oficina es indispensable dar realmente un periodo de descanso, no servirá de nada si se hacen llamadas diarias o se le advierte que a su regreso tendrá miles de pendientes que resolver, un empleado descansado es más feliz y productivo.
– Comunicación. Aunque la idea es no molestar a las personas en sus vacaciones si es importante pedir que tenga a su alcance algún medio de comunicación por el cual pueda ser contactado en caso de ser necesario.
Y si crees que eres adicto al trabajo, aquí te damos algunas pistas para entender que es necesario tomarte unas vacaciones.
– Si en tu último día libre no hiciste más que revisar el correo de la empresa, realizar llamadas y adelantar pendientes.
– Falta de equilibrio. Si no estás pasando suficiente tiempo con tu familia o has olvidado tus hobbies.
– Si cuando estás en casa quieres utilizar las claves del trabajo para iniciar una llamada o abrir programas en la computadora, o al salir sólo puedes pensar en el camino a la oficina.
– Si has perdido la capacidad de disfrutar el dormir e incluso los fines de semana despiertas a la hora precisa para ir a la oficina.
– Si no tienes más tema de conversación que lo que sucede con tus compañeros de trabajo y no conoces lo que está pasando con tu propia familia.
– El aumentar de pesos o tener dolores de hombros y espalda son signos de que es hora de levantarse de la silla de la oficina.
Si te identificas con algunos de los puntos recuerda que si bien eres el jefe, el secreto de una empresa exitosa es que pueda trabajar por sí misma, no te hagas indispensable y respeta tus tiempos de descanso, así podrás recargar pilas y dar lo mejor en tu negocio.
Ariadna Cruz
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