La Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural (FMDR) dio a conocer que el programa En Pro de la Mujer ha impulsado en seis años a más de mil 128 mujeres en Oaxaca y Yucatán, impactando a casi 2 mil beneficiarios indirectos.
Lo anterior fue posible gracias a que empresas como Fundación ADO tuvieron la visión de apoyar a una causa con verdadero enfoque social. El proyecto inicio en noviembre de 2007 cuando la FMDR convocó a las mujeres habitantes de la comunidad de San Isidro Llano Grande, en la Costa de Oaxaca, con el objetivo de que participaran en un programa que les permitiera generar sus propios ingresos y mejorar la alimentación de sus hijos.
En ese entonces, 16 mujeres recibieron capacitación y asesoría para visualizar alternativas de proyectos productivos. Las participantes crecen en aspectos de valoración personal, capacidades individuales y en el desarrollo de su potencial productivo y social.
Se les capacitó y fue guiando para que pudieran hacer su actividad de manera organizada y con sentido de empresa. Hoy han logrado implementar proyectos productivos que les permiten generar sus propios ingresos, han dejado de ser individualistas para integrarse en grupos de trabajo, ya no son pasivas y dependientes de los ingresos de sus esposos, ahora generan los suyos propios.
En Pro de la Mujer
La Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural (FMDR) dio a conocer que el programa En Pro de la Mujer ha impulsado en seis años a más de mil 128 mujeres en Oaxaca y Yucatán, impactando a casi 2 mil beneficiarios indirectos.
Lo anterior fue posible gracias a que empresas como Fundación ADO tuvieron la visión de apoyar a una causa con verdadero enfoque social. El proyecto inicio en noviembre de 2007 cuando la FMDR convocó a las mujeres habitantes de la comunidad de San Isidro Llano Grande, en la Costa de Oaxaca, con el objetivo de que participaran en un programa que les permitiera generar sus propios ingresos y mejorar la alimentación de sus hijos.
En ese entonces, 16 mujeres recibieron capacitación y asesoría para visualizar alternativas de proyectos productivos. Las participantes crecen en aspectos de valoración personal, capacidades individuales y en el desarrollo de su potencial productivo y social.
Se les capacitó y fue guiando para que pudieran hacer su actividad de manera organizada y con sentido de empresa. Hoy han logrado implementar proyectos productivos que les permiten generar sus propios ingresos, han dejado de ser individualistas para integrarse en grupos de trabajo, ya no son pasivas y dependientes de los ingresos de sus esposos, ahora generan los suyos propios.