En la entrega anterior hablamos un poco de lo que ha significado la utilización de WhatsApp como una de las aplicaciones más revolucionarias de nuestros tiempos, aunque pareciera que en esto de la informática el adjetivo de “revolucionario” es más meritorio por el nivel de impacto y uso de un producto que por lo que conocemos como innovación tecnológica en el más estricto de los sentidos.
Volviendo a lo que nos concierne, que es la forma en la cual podemos proteger nuestros datos almacenados o compartidos a través de dispositivos móviles de comunicación (llámense smartphones, tablets, laptops, etcétera), y muy específicamente hablando de la aplicación que se encuentra entre el Cielo y el Infierno, quiero comenzar con la máxima popular que dice: “Para vencer al enemigo hay que pensar como él”, así que volteemos los papeles y por un momento pensemos que nosotros somos quienes pretendemos afectar a alguien haciendo un mal uso de sus datos.
¿Qué pasaría si enviamos un mensaje a un número de celular seleccionado al azar y después lanzamos la plegaria “Virgen María, dame puntería”? Es casi seguro que localizaremos a alguien que cuenta con WhatsApp, algo que presumiblemente nos permitirá por lo menos acceder a su información de perfil.
Hace unos días cierta amiga me preguntó si podía utilizar “mis dotes técnicos” para que un acosador dejara de molestarla, y es que un extraño agregó su número a la mencionada aplicación y empezó a enviarle mensajes indecorosos al principio, pero finalmente resultó ser un criminal que quería sobornarla a cambio de no hacerle nada a sus hijos. ¿Pero cuáles hijos si ella ni es casada y mucho menos es mamá? Seguramente el susodicho dedujo lo anterior al observar la foto de perfil de mi amiga en WhatsApp, donde aparece junto a unos sobrinos que visitó no hace mucho en Estados Unidos.
Ella me dijo que estaba dispuesta hasta a cambiar su número telefónico, algo que no es complicado pero si muy tedioso, y después de un arranque de cordura y compasión decidí ayudarla (me convenció, pa´ qué más que la verdad). Empecé a husmear en las configuraciones del nuevo WhatsApp y noté varios cambios que a primera vista pasarían desapercibidos pero que indudablemente son de mucha utilidad: los desarrolladores de la herramienta agregaron una opción de privacidad con la cual podemos elegir que sólo las personas agregadas a nuestro directorio de contactos -o aquéllas que seleccionemos- puedan observar nuestra foto, estado y última conexión.
Esta configuración es fácil de habilitar, aunque la gran mayoría los usuarios de WhatsApp no sabe de su existencia. Les mostraré la sencillez de este proceso: como primer paso hay que irse a la opción de “Ajustes”, seleccionar “Info de cuenta”, luego “Privacidad” y se encontrarán con una pantalla que dice “Quién puede ver mi información personal”; a partir de ahí visualizarán las siguientes alternativas:
– Todos
– Mis contactos
– Nadie
Como podemos observar, el ajuste de seguridad de la aplicación es demasiado sencillo y rápido, así que tenemos a nuestro alcance una buena opción para no ser víctimas de la delincuencia, de los acosadores o de todo aquél que pretenda hacer un mal uso de nuestros datos sensibles.
A pesar de esta mejora en WhatsApp, aún hace falta mucho camino por recorrer en materia de seguridad, y más con respecto a las aplicaciones o equipos que utilizamos. No sabemos si algún día podremos contar con una aplicación ciento por ciento confiable, pero hay que aprovechar esa incertidumbre para reconocer que –como usuarios- también debemos educarnos y ser más conscientes; hagamos mientras tanto un buen uso de las tecnologías que hoy en día existen en el mercado, como los antivirus para smartphones que facilitan el bloqueo de números telefónicos o aplicaciones y que, sobre todo, nos protegen al navegar por Internet.
Por cierto, el pasado 25 de julio circuló en un periódico nacional la noticia de que la Policía de Ciberdelincuencia Preventiva (PCP) registró un aumento de fraudes y extorsiones realizados a través de mensajes de texto en la aplicación para dispositivos móviles WhatsApp. En lo que va del presente año se han levantado 20 denuncias bajo esta nueva modalidad; podría no ser una cifra alarmante, pero en los dos últimos meses y desde que comenzó la temporada vacacional en particular, las quejas se incrementaron hasta contabilizar la cantidad de 10 por día.
Espero que nos encontremos en la siguiente entrega, y bienvenidos los comentarios, sugerencias o reclamos, aunque de preferencia no lo hagan por WhatsApp y -si así lo hacen- no olviden lo que vimos en este espacio; pongan en práctica lo que Sherlock Holmes le dijo a Watson acerca del camuflaje. Vayamos todos por ese Securus Mundi que tanto anhelamos.
Por: Omar Carrasco Ingeniero de Soporte en Redsyscom
ocarrasco@redsyscom.com.mx
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