Emiliano Vázquez abrió una tienda de abarrotes hace casi siete años, notó una respuesta positiva de sus vecinos y por lo tanto sus ganancias crecieron e invirtió en nuevos productos que las tiendas normalmente no venden. El microempresario vio que sus principales clientes eran los dueños de otras microempresas, como puestos de hamburguesas, taquerías, pizzerías e incluso tiendas aledañas.
“Si se les acababan, por ejemplo, su pan de hamburguesa, venían y compraban como seis paquetes, más de tres kilos de jamón y queso, o sea me brindaban la confianza de comprarme a mí en lugar de ir a los supermercados”, explicó.
Fue entonces que decidió convertirse en mayorista, sus clientes le compran al por mayor y sus ganancias aumentan cada día. La agencia de consultoría web, Semántica Consultores, asegura que los vendedores buscan negocios que ofrezcan descuentos en efectivo, bonos en mercadería, envío y entrega gratuitos y otras ofertas que les ayude a ahorrar dinero, por lo que convertirse en mayorista puede ser una opción.
“Sin los mayoristas, los negocios pequeños no podrían obtener el capital necesario para comprar a los distribuidores y fabricantes, y no podrían vender bienes a los consumidores. Los mayoristas contribuyen a la economía, especialmente cuando atienden a otras empresas”, aseguró la agencia de consultores en su blog oficial.
Actualmente, Emiliano Vázquez, cuenta con una microempresa que cumple con ayudar a otras empresas en adquirir sus productos y también a clientes regulares, “muchas personas que vienen aquí prefieren comprar su despensa con nosotros en lugar de ir a supermercados, pues les ofrecemos un buen precio y premiamos la lealtad con descuentos”.
De esta manera, para distribuir al mayoreo, el microempresario recomienda lo siguiente:
- Asegurarse de contar con clientes que compren al mayoreo o en todo caso, acercarse a otros negocios y ofrecerles el servicio.
- Tener productos de todo tipo, desde dulcería hasta bebidas que le puedan interesar a otras empresas.
- Contratar personal que ayude a organizar los productos y a entregarlos a otras empresas.
- Una vez que las ganancias se noten, innovar el negocio en cuanto a tecnología para analizar las ventas.
- Llevar una base de datos para saber qué compran más las empresas y a quien se le está surtiendo.
Como microempresario, Emiliano asegura que su crecimiento sigue pues hoy en día cuenta con personal que le ayuda a seguir su negocio, como cajeras, cargadores y repartidores. “Sí soy un microempresario, porque mi idea no es venderle a grandes empresas, sino a aquellos negocios que como yo, necesitan un crecimiento y quizá no tienen los ingresos suficientes para conseguir sus productos en grandes tiendas, además sigo cumpliendo con mi idea de ser la famosa ‘tienda de la esquina’ de mi colonia”.
Montserrat Rivera
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