Vivimos en una época de emprendimiento. La mayor parte de los empleos que se están generando en países occidentales vienen de modelos de negocio nuevos e innovadores. El interés que han tenido sectores como la investigación, construcción, digital o ciudadanos comunes por crear su propio negocio, ha ido en aumento en estos últimos 10 años, y se espera que, en los próximos 5 años, el futuro de las políticas laborales de los países occidentales dependa totalmente de la creación de estos nuevos modelos.
Así como han ido en aumento la creación de estos nuevos modelos de negocio y empresas, también han aumentado la cantidad de fracasos. Hace unos años estábamos acostumbrados en abrir un negocio y esperarnos 2 años para que los clientes se dieran cuenta de su existencia y esperar por lo menos el retorno de la inversión. En estos tiempos, por la rapidez con la que van avanzando las tecnologías, la información y las necesidades de los clientes, no deben pasar más de medio año para que nos demos cuenta del futuro que le espera a tu negocio y poder tomar decisiones sobre su continuidad.
Se necesita experimentar con una planeación, hoy más que nunca. Las diferentes formas de planeación con las que corporaciones mundiales fueron avanzando, han quedo obsoletas. Casos como la automotriz General Motors es un claro ejemplo de cómo su medición del progreso y no encontrar nuevas oportunidades la llevaron a un estancamiento comercial muy importante.
Los productos y servicios con éxito que ya están en marcha requieren disciplina y experimentación con el fin de encontrar nuevas formas de crecimiento constantemente.
Es por eso que después de tener tu concepto de negocio sólido y que ya haya tenido sus primeros contactos con tus clientes clave, te recomiendo preguntarte y preguntarle a diario a tus clientes lo siguiente:
- ¿Mis clientes necesitan forzosamente de mis productos o servicios?
- ¿El precio que ofrezco es el mejor? ¿Cuánto mejor?
- ¿Pagarían más? ¿Cuánto más?
- ¿Lo que ofrezco contribuye a la rentabilidad del negocio de mi cliente y del mío?
- ¿Podemos crecer con nuestros clientes? ¿Mi cliente confía en mí?
Luis Abraham
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