La Responsabilidad Social es una combinación de disciplinas, puntos de vista y acciones que se enfocan a tres grandes aspectos: el social, el medioambiental y el económico. Difícilmente se puede entender a la Responsabilidad Social Empresarial si estos tres no conviven.
Pero, ¿por qué una empresa realiza acciones de Responsabilidad Social? ¿Por motivación o por presión?
Es posible que ambas sean una respuesta real para las empresas de todos los tamaños. Sin embargo, es importante sobre todo para las pequeñas y medianas empresas, conocer los beneficios que tienen al incorporar la Responsabilidad Social a su ADN, por motivación más que por presión.
Comencemos por decir que la Responsabilidad Social no significa plantar árboles, o regalar juguetes a niños que no cuentan con los recursos para tenerlos. La Responsabilidad Social es mucho más que estas acciones aisladas, tiene que convertirse en la forma de hacer negocios.
¿Qué quiere decir esto?
Pensar en la forma de hacer negocios es cuando entran en juego los tres aspectos mencionados anteriormente: las personas, el medio ambiente y la economía.
Primero: saber quiénes son las personas o grupos de ellas importantes para el desarrollo de nuestras actividades. Estas personas se encuentran ya alrededor del negocio, son indispensables y estar atentos a sus necesidades y preocupaciones asegura su continuidad en el largo plazo. (Pueden ser empleados, la comunidad en general, los vecinos, los proveedores, etc.).
Segundo: Conocer el impacto ambiental que mi actividad, producto o servicio tiene, es importante para saber cómo contribuir a disminuir los daños causados. Teniéndolos en cuenta, podemos elaborar una estrategia para contribuir a la existencia en el largo plazo de esos insumos que la naturaleza nos brinda. Asegurar su existencia no solo para nuestras actividades, sino también para que otras personas pueden disfrutar de ellos.
Tercero: Conocer la operación de mi empresa y agregar a ella los aspectos que conforman la Responsabilidad Social, se traduce en eficientar operaciones y por lo tanto, a la disminución de costos. Tal vez para ello se requiera algún tipo de inversión, sin embargo, en el largo plazo, los beneficios serán más grandes. Se trata de un retorno de inversión asegurado.Lo que tienen en común estos enfoques es el largo plazo.
Si bien por medio de la comunicación se puede hablar de la empresa como socialmente responsable, esto puede verse reflejado directamente en la mejora de su reputación y por lo tanto, que sea mejor valorada y percibida por sus distintos públicos; mas lo tangible en cuanto a ahorros por la eficiencia de las operaciones traducido en recursos económicos, únicamente podrá ver en el largo plazo siendo constantes y consistentes.
No hay que perder de vista que puede ser una gran ventaja competitiva para las empresas, sobre todo medianas y pequeñas, pues en un mundo lleno de competidores y jugadores, los consumidores ponen cada vez más atención a este tipo de elementos diferenciadores.
Por otro lado, son actividades que pueden ser adoptadas más rápido por una empresa pequeña que por una empresa grande, donde implicaría una serie de cambios que requieren tiempo y mayor inversión.
Hacer estas actividades y sobre todo saber cómo comunicarlas tendrá como consecuencia grandes beneficios para quienes estén dispuestos a hacerlo de manera genuina pero profesionalizada, en otras palabras, adquiriendo un compromiso con sus grupos de interés, y tomándose las cosas en serio.
Carmen Carranza Pineda
Académica de la Facultad de Responsabilidad Social de la Universidad Anáhuac México.
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