Hace unos meses comentaba con mi socio que ser “emprendedor” está de moda: hay dinero y recursos por doquier; pero es molesto cómo algunas instituciones venden la idea como la nueva panacea que salvará nuestra economía, como si antes nunca hubiera ocurrido. ¿Dónde quedan entonces Don Alex, y la combi en la que vende comidas buenas, bonitas y baratas? ¿Y mi papá con su negocio de más de 20 años de vida? Es que siguiendo ese “nuevo estilo de vida”, seguramente para ellos (y para muchos de nosotros) no es conveniente emprender.
Lo malo de la moda en este tema, es que los medios (y los propios empresarios) sólo hablan de las bondades de tener un negocio propio, y sólo las asociadas a este pensamiento anti “godín” que desprecia las reglas, las formas y las rutinas. Y sí, hay una parte que no te cuentan de “ser tu propio jefe”.
No serás dueño de tu tiempo: ya no tendrás un horario, ni un sueldo seguro, por lo que probablemente tengas que aceptar proyectos que impliquen trabajar sábados, domingos o en el horario de la clase de spinning. ¿De verdad es tan malo dedicar esas horas a lo que te apasiona? Entonces no te conviene emprender.
La creatividad y la innovación no te garantizan el éxito. No dudo ni un minuto que tu servicio esté revolucionando el mercado en México y el mundo; estoy segura de que tu idea es tan original, que será caso de estudio para las generaciones que vienen en todas las escuelas de negocio. Pero no es suficiente: necesitas venderla. Y necesitas hacerlo todos los días. Así que, si no te gustan las ventas, no te conviene emprender.
Esas historias que has escuchado de emprendedores que encuentran a un inversionista millonario, cazador de ideas y que se enamora de ti en la primera cita, son muy raras. Encontrar a un inversionista es como encontrar pareja: tendrás que probar varias veces, y después tendrás que seducirlo. Ir a varias citas, dar tu mejor cara, conocerlo bien, aceptar sus defectos y virtudes, y sólo después de eso recibirás una propuesta, que vendrá acompañado de múltiples beneficios, y un montón de responsabilidades. Así que si no te gustan los compromisos, no te conviene emprender.
Ahora que si estás seguro de que tu trabajo y tus ideas te apasionan al grado de quedarte sin comer y sin dormir, si puedes aceptar el rechazo y la derrota, y seguir adelante, si piensas que puedes aportarle algo al mundo, y estás dispuesto a auto imponerte reglas y disciplina, entonces estás en el mejor momento para iniciar tu propio camino. A veces te vas a arrepentir de la decisión que acabas de tomar, otras querrás tirar la toalla, y continuamente te preguntarás en qué estabas pensando al renunciar a tu último empleo.
Pero te aseguro que valdrá la pena: hay pocas cosas más satisfactorias que entregar los resultados que prometiste a tu cliente, y demostrar que tu hipótesis era válida, que tu idea sí es buena y que sí aporta algo al mundo. En resumen, si estás dispuesto a trabajar como nunca lo has hecho, y sobreponerte cada vez que alguien dice no, sí es conveniente emprender.
Itzel Castellanos es Estratega en Jefe en Kuukum Content Marketing, despacho especializado en estrategias de mercadotecnia y comunicación corporativa para empresas que atienden a otras empresas.
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