De acuerdo con datos publicados por la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), durante el primer trimestre de 2018, el monto de los fraudes cibernéticos ascendió a 2, mil 340 millones de pesos, lo cual significa un crecimiento de 63% respecto al mismo periodo de 2017 y representan cada año una mayor proporción del total de fraudes realizados, al pasar del 13% en 2013 al 61% en 2018.
Optimiti Network, señaló que una de las causas de los ciberfraudes realizados con tarjetas de crédito y débito en México se deben principalmente a la falta de una estrategia de gobierno de seguridad de la información en las organizaciones y a que dejan de monitorear, actualizar y modificar la mejora continua de los tres pilares que son los procesos, la tecnología y la gente.
Los procesos de soporte hoy se vuelven un blanco atractivo para aquellos que desean comprometer información importante de las empresas, por lo que deben estar vigilados y monitoreados.
Es vital que los responsables de la seguridad de la información que inviertan en la tecnología, deban alinear los objetivos estratégicos de la organización con la seguridad de la información y lograr ser proactivos a cualquier amenaza.
La gente es uno de los pilares de la organización, la Estrategia de Concientización es clave, pues sin ello no hay forma de alinear a los otros dos pilares y descubrir el fraude interno que hoy rebasa lo inimaginable. A través de la concientización, campañas permanentes, se puede empezar a mitigar el riesgo.
“Basándonos en la triada de la seguridad Disponibilidad, Confidencialidad e Integridad, para Optimiti Network es impensable el descuido de los tres pilares de una organización, es la razón de la explosión del ciberfraude”, advirtió Alejandra Pineda, Consultora Comercial de Gobierno, Riesgo y Cumplimiento de Optimiti Network.
El documento de la Condusef admite que los fraudes originados en comercio electrónico con tarjeta de crédito y débito ocupan 49% de total de las reclamaciones en el sector bancario nacional. De enero a septiembre de 2017, se registraron 4.8 millones de reclamaciones por fraude con tarjeta de crédito y débito, 28% más que en 2016, cuando sumaron 3.7 millones.
“Estos números revelan el claro ejemplo de que es más fácil atacar al individuo que a la institución. La analítica de comportamiento es básica para las empresas. Para Optimiti la estrategia de concientización se debe permear de manera permanente a los clientes con la finalidad de que conozcan, se informen y participen en la protección de su identidad; pero esto no será suficiente si las instituciones omiten la analítica”, aseguró Alejandra Pineda.
Por otro lado, la Asociación de Bancos de México reportó recientemente que los fraudes con tarjetas de débito o crédito han experimentado un explosivo crecimiento en todo el mundo, y en particular en nuestro país representan pérdidas por más de 700 millones de pesos al año.
“Aquí hay una doble responsabilidad, el banco puede detectar de una forma más contundente el fraude electrónico y mantener alertas para que el merchant pueda disminuir la probabilidad del fraude, pero como la banca no es la afectada, no está invirtiendo en estas soluciones”, argumentó la especialista.
Adicional a lo anterior hay estrategias relacionadas con UEBA (User and Entity Behavior Analytics) que permiten analizar a los usuarios y sus patrones de comportamiento.
“De esta manera, se puede crear un perfil de los hábitos de estos y detectar más rápidamente una anomalía y frustrar una amenaza potencial y hacen que sea más fácil obtener una postura de detección y prevención del fraude en tiempo real”, finalizó Pineda.
Redacción
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