El Covid-19 ha alterado el panorama del trabajo en México y en el mundo. Las compañías se están enfrentando a un entorno laboral completamente distinto, en donde tendrán que hacer cambios a largo plazo, en su visión, estrategia y dirección. Ante este escenario la subcontratación legal será un gran apoyo para las empresas.
“El IMSS reporta una pérdida de 833 mil 100 empleos formales de enero a agosto del presente año. Cifras del INEGI señalan que más de 32 millones de personas, es decir, el 56.1% de la población ocupada, trabajan en la informalidad. En este difícil escenario, y ante la necesidad que las empresas tienen de rediseñar sus planes para dar continuidad al negocio, la adopción de prácticas de subcontratación legal será clave para que las organizaciones se inserten de la mejor forma a la curva de la reactivación económica”, puntualizó Pablo Lezama, Director de la Asociación Mexicana de Empresas de Capital Humano (AMECH).
Cabe destacar que, a pesar de la crisis sanitaria por la pandemia de Covid-19, las 28 empresas de subcontratación legal integrantes de la AMECH durante el primer semestre del 2020 han logrado mantener una media de 158,101 colaboradores subcontratados, han aportado $1, 622,649.548 al IMSS y han pagado un total de $754,752,636 en cuotas al INFONAVIT.
“La subcontratación legal es igual a trabajo decente y va de la mano con la creación de empleos formales y el crecimiento económico cuyos pilares son: pago del 100% de las cuotas de seguridad social y de impuestos, conforme al salario real de los trabajadores, así como, respeto de los derechos de los trabajadores”, agregó Lezama.
El mundo del trabajo está en evolución
La globalización y los cambios demográficos, sociales, psicológicos, económicos, tecnológicos y regulatorios están provocando escasez y baja disponibilidad de talento con las habilidades adecuadas, así como disminución en la fidelidad y lealtad del talento que se traduce en el incremento de la rotación, pérdida de recursos, propiedad intelectual y competitividad de las organizaciones.
Es por ello que, los esquemas de trabajo tradicionales quedarán atrás y le darán el paso a los esquemas de trabajo flexible, colaborativo, de creación conjunta y trabajo en redes en donde la subcontratación será la clave para aprovechar la evolución de la fuerza laboral y el trabajo del futuro, así como al propio talento para crecer, mejorar su estilo de vida e incrementar su nivel de felicidad laboral.
“El rumbo del trabajo ha cambiado y se dirige hacia la efectividad del talento en su ejecución, sus aportaciones o iniciativas y al logro de los objetivos, dejando atrás los métodos del modelo tradicional. La subcontratación legal garantiza que el talento cumpla con los requerimientos necesarios para llevar a cabo sus funciones y desarrollar la agilidad y la capacidad de respuesta, atributos fundamentales para que cualquier organización prospere”, señaló Gabriel Aparicio, Presidente de la AMECH.
Organizaciones, cadena de suministro y diseño de procesos
Las organizaciones están insertadas en diversos sectores e industrias y además están interconectadas en una cadena de suministro, cuyo objetivo es satisfacer la colocación de los productos/bienes y/o servicios en tiempo y forma, con la calidad comprometida para satisfacer las necesidades que demandan los consumidores.
“Toda organización tiene una actividad principal para la cual fue creada y bajo la cual se diseñan los procesos organizacionales considerando: su nivel de competencia y su nivel de contribución, para con ello definir el enfoque estratégico de los recursos y obtener aquellos que se pueden abastecer, suministrar y/o ejecutar de forma externa, mediante la subcontratación legal”, señaló Gabriel Aparicio.
Las ventajas de la subcontratación legal se acentúan en la crisis actual cuando se toma en cuenta que la empresa que ofrece sus servicios contrata a algún trabajador bajo la ley, garantizando las prestaciones básicas como antigüedad, seguridad social, aguinaldo, Afore, Infonavit, prima dominical, día de descanso semanal, licencia por maternidad, adopción o paternidad, periodo de lactancia, utilidades, renuncia y despido.
Por otro lado, cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) señalan a la población menor de 29 años como uno de los sectores de la población más afectados por el desempleo por el Covid-19, pues de los 685,840 empleos que se destruyeron entre marzo y abril, 55% de ellos fue de trabajadores menores de 29 años.
“La subcontratación legal también es clave para apoyar a los jóvenes a emplearse en trabajos temporales, pues esta modalidad ofrece la facilidad de moverse entre proyectos, desarrollando sus competencias, al mismo tiempo que desarrollan sus conocimientos en el campo laboral”, subrayó Gabriel Aparicio.
Además, representa un segmento sólido de generación de empleos que permitirá apoyar a las compañías y trabajadores en estos tiempos de la pandemia, pero sobre todo que será referente de las posiciones con mayor demanda del país durante los meses en que prevalezca la crisis sanitaria y en el futuro. “La subcontratación legal permite a las empresas: agregar capacidad de talento disponible, satisfacer necesidades de talento para cubrir requerimientos no programados en periodos de tiempo corto, cubrir ausentismos de empleados de tiempo completo, cubrir brechas de habilidades especiales, contratar trabajadores semi o altamente calificados, tener acceso a talento con dominio o experiencia en cierto tipo de conocimientos, gestionar tareas administrativas rutinarias hasta servicios complejos que no son parte del núcleo del negocio, llevar a cabo transacciones de alto volumen hasta soporte técnico especializado no planeado y sin experiencia, entre otros”, puntualizó Gabriel Aparicio.
Además de las ventajas señaladas anteriormente entre los atributos y valores de contratar una empresa de subcontratación legal se encuentran: agilidad, velocidad, cumplimiento, certeza, seguridad, calidad, flexibilidad, acceso a tecnología, optimización financiera, desarrollo de capacidades y habilidades e incremento en productividad y eficiencia y, por último, llevar a cabo mejores prácticas tales como comunidad, suministro, atracción, selección, compromiso, retención, capacitación, desarrollo, redistribución y reubicación de talento además de procesos medición de desempeño con el objetivo de mejorar la experiencia del cliente y del talento.
Redacción
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