Con el objetivo de disminuir los traspasos indebidos en el sector, y con el tiempo, la autenticación biométrica también se incorporó al proceso de validar los retiros por desempleo, en el año 2016, se inició con el proceso de integración de biométricos a los expedientes de los ahorradores en las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores),
Pero, ¿qué tan efectiva ha resultado la medida?
De acuerdo con la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), en los cinco años de aplicación de biométricos en estos procesos, los resultados han sido positivos. Cuando en 2015 se reportaban 1,128 casos de traspasos indebidos, en 2020 sólo hubo 8, lo que implica una reducción del 99%.
Estos traspasos, en la mayoría de los casos, fueron por alguna falsificación o alteración de documentos o suplantación de identidad, ya que los recursos son regresados a la Afore original a petición del mismo trabajador. En un menor porcentaje, el trabajador se arrepiente del traspaso o afirma haber interpretado incorrectamente la información que recibió de parte del promotor. Otro de los puntos que se han detectado en los traspasos indebidos son derivados de homonimias e invasiones de cuentas, donde dos o más trabajadores comparten un mismo NSS o CURP, según la Consar.
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La dependencia recalcó que la existencia del requisito de autenticación biométrica no inhibió o frenó el derecho de los trabajadores a cambiar de Afore -mientras que a mayo de 2016 se habían registrado 1 millón 988,579 traspasos, a mayo de 2021 se habían realizado 3 millones 131,322-, sólo que ahora se tiene la certeza de que los traspasos son decisiones de los usuarios y no de los promotores, o de algún otro tipo de inconsistencia.
En el caso de los retiros por desempleo, que tuvieron un auge importante durante la pandemia de covid-19 (a mayo de 2021 se había reportado que 768,000 cuentahabientes hicieron retiros equivalentes a 8,617.9 millones de pesos), no se han registrado quejas por retiros no reconocidos, ya que las soluciones biométricas permiten realizar monitoreos y supervisiones constantes para evitar afectaciones a las cuentas de los trabajadores.
“La tecnología biométrica no sólo ha ayudado a resguardar, de forma segura, los recursos ahorrados de los trabajadores, sino que además vino a sentar las bases para una transformación digital en el sistema financiero mexicano. Hoy en día tanto las afores como los bancos utilizan biométricos para autenticar a sus clientes, pero aún hay un largo camino por recorrer, ya que no se ha enrolado a la totalidad de usuarios en estos sectores y a que todavía hay muchas instituciones que no los implementan, y son las más vulnerables en estos tiempos en que la pandemia volcó a las personas a las interacciones digitales”, señala Adolfo Loera, presidente del Consejo de Administración de Biometría Aplicada.
Según cifras de Consar, al 31 de mayo de 2021 se habían conformado 29 millones de Expedientes Electrónicos de Trabajadores, lo que representa el 57.6% del total de cuentas registradas en el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR). De los trabajadores que tienen un Expediente Electrónico, el 90% (26 millones) cuenta con el enrolamiento biométrico.
“No todos los trabajadores se han acercado a su Afore a realizar un trámite, ello en virtud de que los expedientes electrónicos se integran cada vez que un trabajador acude a una sucursal para hacer un trámite y ahí se aprovecha el momento para tomar sus biométricos. El año de la pandemia limitó la presencia en sucursales, pero se espera que una vez que se vuelva a la normalidad se pueda acelerar este proceso para que cada vez más trabajadores cuenten con su Expediente Electrónico con biométricos”, señala la Consar.
Para Adolfo Loera, es importante que las Afores sean proactivas y aprovechen la tecnología que existe hoy en día para tener, al menos, un registro preliminar de los trabajadores, el cual puede hacerse con herramientas de onboarding digital no presencial, para después gestionar una cita cuando el trabajador esté en condiciones de acudir a una sucursal.
“A través de soluciones como EMI Plus, el trabajador podría hacer un registro digital de su identidad atribuida (nombre, lugar y fecha de nacimiento) y de su identidad biográfica (INE, CURP, pasaporte), la cual puede ser extraída de la misma credencial de elector para evitar errores en la captura de los datos.
“Se puede hacer una validación de la identidad a través de la captura del rostro y comparándola con la fotografía de la identificación oficial, donde la prueba de vida pasiva nos da la certeza de que no se está intentando hacer el registro con una fotografía, un video, una máscara o un maniquí hiperrealista. También se puede hacer la captura y validación de las huellas dactilares, y se hace un registro de la firma y voz del trabajador. Todo desde los mismos dispositivos móviles de los usuarios”, destaca Loera.
Hay que cerrar el círculo
Por otra parte, el experto en identidades digitales recalca que es necesario que el sistema financiero mexicanos en su conjunto homologue procesos de identificación de usuarios, con el propósito de cerrar las brechas de seguridad que hoy existen y que están siendo aprovechas por los ciberdelincuentes para seguir apoderándose de los recursos tanto de instituciones como clientes.
“Sectores como las aseguradoras, las afianzadoras, las arrendadoras, las Fintech, las sofomes, las sofipos, las cajas populares, las casas de bolsa, los intermediarios bursátiles, las uniones de crédito, las casas de cambio, las casas de empeño y los proveedores de pago no cuentan con una normativa que promueva la generación de identidades digitales de sus usuarios, lo que no sólo los pone en una situación de vulnerabilidad interna, sino que, al estar interconectados, pueden llegar a afectar a otras instituciones. Por eso es tan importante la iniciativa de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), que busca poner en marcha una circular única que refuerce las reglas de ciberseguridad para todo el sistema financiero, en donde estaría incluido el uso de biométricos”, adiverte Loera.
Por su parte, Juan Pablo Graf Noriega, titular de la CNBV, ha declarado en varios foros que el objetivo de esta circular es promover y facilitar la digitalización en distintas instituciones, lo que no sólo les permitiría ofrecer transacciones confiables y seguras a los usuarios, sino también podrán ampliar la oferta de servicios e incrementar su cartera a través de una mayor inclusión financiera, y hacer más eficientes sus operaciones, lo que traería una notable reducción de costos en general.
Loera concluye: “Durante 2020, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) registró un total de 2,383 quejas ante posible robo de identidad y de enero a abril de 2021, ya se habían presentado 802 casos. Al haber una mayor interacción de la población en el mundo digital, la posibilidad de exponer información confidencial es muy alta, y se prevé que este ilícito tendrá incrementos de hasta tres dígitos en los próximos años si no logramos acotar los alcances que tiene la exposición de las personas a redes sociales, a softwares maliciosos o la ingeniería social.”
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