Entre las labores habituales del día a día, tener una buena organización es complejo, ya que esa actividad va más allá de llevar una lista de pendientes, implica gestionar tareas, definir prioridades, eficientar actividad y organizar tiempos.
“Muchas personas están familiarizadas con la organización pero sólo al interior del trabajo; no obstante, no es una buena organización, es decir, una en la que se establezcan criterios de urgencia y métodos de trabajo eficiente e inteligente, para que las personas se vuelvan productivas sin desgastarse en exceso o estresarse”, señala María Ibarra, fundadora y CEO de The Full Planner, herramienta de planeación que convierte los propósitos en metas alcanzables.
Ante los nuevos esquemas de trabajo como el home office, las labores del hogar y el trabajo se han convertido en situaciones agobiantes.
De acuerdo al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el 75% de los mexicanos padecen fatiga por estrés laboral, superando a países como China y Estados Unidos. Esto genera diversas consecuencias no sólo en la salud, sino también emocionales, conductuales, cognitivas y fisiológicas.
La fundadora de The Full Planner afirma que gran parte del estrés, ya sea laboral o no, tiene origen en una mala organización de tareas, que trae como consecuencia sentimientos de angustia y frustración ante la incapacidad de cumplir con las labores, pero sobre todo genera un cansancio generalizado.
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“El cansancio no sólo es físico, también mental y se manifiesta con falta de concentración, poca o nula creatividad, mala memoria, irritabilidad o desgano. El problema cuando la mente está cansada es que este padecimiento puede convertirse en algo crónico y afectar todas las áreas de la vida de una persona, es decir, no se queda en el trabajo, se va a la familia, la convivencia con la pareja o amigos”, agrega.
La organización es clave para tener claridad de ideas, ya sea para las tareas más simples como ir al súper mercado o hasta para resolver desafíos laborales. Sin embargo el hábito de la organización no está presente en todas las personas y para ejecutarlo es necesario el apoyo de herramientas que apoyen a las personas de forma integral y en todos los aspectos de sus vidas que deseen organizar.
Para Ibarra, en definitiva, una mente organizada piensa mejor, ejecuta mejor y resuelve mejor. Pero llegar a esto no es una tarea sencilla requiere de constancia y pequeños cambios que con el tiempo se convierten en impactos significativos, algunos de ellos son:
- Cuidar los periodos de descanso. No se trata sólo de dormir 8 horas, sino de cuidar la calidad del sueño con espacios limpios y cómodos. Además, de programar espacios de descanso entre labores.
- Actividades físicas y mentales. Realizar alguna actividad como ejercicio, meditación o hasta jugar juegos de mesa o platicar con los seres queridos, ayuda a tener una mente descansada y ágil.
- Herramientas de apoyo. Contar con herramientas de apoyo que permitan una mejor organización y optimización del tiempo ayudan a eliminar los pendientes excesivos.
- Metas alcanzables. Adicional a las labores cotidianas es importante plantearse metas y desarrollar un plan de acción para cumplirlas. Pueden ser pequeñas acciones como leer un libro, pasar más tiempo con la familia, arreglar algo en la casa, etc. Planear y realizar estas tareas tiene un impacto positivo de realización.
- Hacer lo que nos gusta hacer. Dedicar tiempo a las actividades que se disfrutan es una buena manera de descansar la mente, olvidarse de los problemas y disfrutar el momento.
- Gestión del tiempo. Gestionar el tiempo es un reto, sin embargo, es importante definir los tiempos de trabajo, ocio y familiares para concentrarse en una sola labor y no en muchas al mismo tiempo.
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