Los efectos de la pandemia Covid-19 fueron negativos en términos de salud, educación, pobreza, etc. Tras la crisis sanitaria y económica, se requiere de una acción coordinada entre los sectores público, privado y social para lograr los objetivos establecidos para la Agenda 2030.
Se pueden establecer alianzas estratégicas, estas se definen como la unión entre dos o más empresas, organizaciones, instituciones o gobiernos que suman esfuerzos para desarrollar un proyecto o negocio para alcanzar objetivos que no alcanzarían por sí mismas a corto plazo, ya que cada industria tiene una estructura establecida que la otra busca.
La importancia de las alianzas entre diferentes esferas recae en la posibilidad de intercambiar conocimientos, tecnología y recursos financieros. “Las alianzas público-privado-social son un factor fundamental para avanzar hacia la sustentabilidad”, señala Miguel Ángel Santinelli, director de la Facultad de Responsabilidad Social de la Universidad Anáhuac. Agrega que estas alianzas están consagradas en el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 17, el cual promueve este tipo de esfuerzos colaborativos entre diferentes sectores. Los ODS son retos cuyo fin es erradicar la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas del mundo sin distinción gocen de paz y prosperidad.
Para fomentar este objetivo se han fomentado diferentes asociaciones y alianzas nacionales, por ejemplo, el Pacto Mundial México, la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) y la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID); y otros ejemplos internacionales como la Alianza del Pacífico y los Acuerdos de París, todas con el objetivo de implementar acciones conjuntas para acelerar el camino hacia el desarrollo sustentable.
La colaboración entre empresas y el sector académico es un tipo de alianza común. El 53% de empresas participa y promueve foros y otras actividades donde se difunde y explica la importancia de la incorporación del sector privado en el cumplimiento de los ODS en sus procesos de negocio. Otros sectores con los que se alían son con empresas de su misma industria (62%), de otras industrias (51%), ONG (49%) gobierno (49%) y organizaciones de la sociedad civil (48%), de acuerdo al reporte elaborado por Pacto Mundial México en 2019.
De las 50 empresas más grandes de México, el 24% forman parte de la Red Mexicana del Pacto Mundial, mientras que de las 50 empresas con mayor RSE, un 38% ellas pertenecen también a la Red Local, tres de ellas son parte de la junta nacional: ASUR, CEMEX y Bio Pappel, según CNN Expansión 2015.
Recientemente, empresas de alimentos y bebidas han firmado alianzas con cadenas de telecomunicaciones para realizar campañas de reciclaje impulsando proyectos sociales y organizando jornadas de limpieza a través de la importancia del valor ambiental.
Santinelli nos comenta algunos otros ejemplos de alianzas entre empresas y gobierno, como ocurre en con la Fundación Ver bien para Aprender Mejor, de Fundación Gigante en colaboración con la Secretaría de Educación Pública, donde a niños con problemas de visión de las 32 entidades federativas a quienes se les donan lentes diseñados específicamente para ellos.
También existen alianzas entre los sectores industriales. En los estados de Querétaro y Aguascalientes, los materiales no conformes de las industrias automotriz y aeronáutica, como las mangueras, son usadas en otras industrias donde se pueden aprovechar, fomentando así la economía circular. En particular, a través de la nueva ley, han surgido los llamados trabajos verdes, con el objetivo de fomentar la circularidad de los materiales, es decir, que los materiales permanezcan el mayor tiempo posible en el ecosistema urbano, evitando la extracción temporal de materias primas en los ecosistemas naturales.
Avanzar hacia una realidad más sostenible requiere de nuevos modelos de cooperación y colaboración transversal. “En el futuro veremos más de este tipo de alianzas, que permitan avanzar hacia un desarrollo sostenible, con innovación y creatividad. Esto será fundamental para encontrar los puntos donde se unen las diferentes cadenas productivas y participen los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil”, concluye Santinelli.
Sin duda, las alianzas entre los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil permiten aprovechar los recursos disponibles e impulsar un impacto positivo en las personas y el planeta.
Facultad de Responsabilidad Social de la Universidad Anáhuac
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