En el vasto universo de las startups, donde la imaginación y la innovación convergen para crear empresas con potencial transformador, una nueva criatura ha capturado la atención de los inversionistas: el dragón. Desplazando a los legendarios unicornios, estos poderosos entes empresariales son ahora la obsesión de los fondos de capital de riesgo (VC, por sus siglas en inglés), quienes buscan incansablemente a estas “minas de oro” modernas debido a su capacidad para devolver íntegramente las inversiones.
“Un dragón es una startup que es capaz de devolver, íntegramente, el importe del fondo a los inversionistas. No tiene un valor acorde al mercado, sino que éste se define en función del fondo”, explica Victor Aguirre-López, socio fundador de BlackBox Startup Law y especialista en asesoramiento legal a startups internacionales. Mientras que los unicornios deslumbraban por su capacidad de crecimiento, los dragones son aún más valiosos, ya que garantizan el retorno completo de la inversión, independientemente de su tamaño.
A pesar de su enorme atractivo, encontrar un dragón no es tarea fácil. Su valor no está determinado por el mercado, lo que significa que los inversores deben confiar en su pericia para identificar estas empresas disruptivas. “Encontrar un dragón es muy redituable, pero hacerlo es muy difícil. Es un reto enorme y hasta un arte”, agrega Aguirre-López. La habilidad para detectar estas joyas empresariales radica en la capacidad de los inversionistas para buscar en lugares poco convencionales y descubrir empresas que aún no han sido visibilizadas por otros fondos.
A medida que los fondos de inversión abandonan la búsqueda de unicornios, con su elevado riesgo y crecimiento agresivo, los dragones se han convertido en el nuevo objetivo. “Ahora los inversionistas están a la caza de los dragones, ya que estos logran maximizar el rendimiento, les dan un retorno global y la posibilidad de seguir invirtiendo”, explica Aguirre-López.
Sin embargo, el entorno político y económico actual ha llevado a una pausa en las inversiones de VC en América Latina. Con elecciones presidenciales en el horizonte, los fondos están tomando precauciones y observando con cautela el panorama empresarial. “El sector empresarial, en rubros como healthtech, energía o fintech, estará a la expectativa de la entrada del nuevo gobierno y de que este presente su proyecto de país”, comenta Aguirre-López. Se espera que, hacia el último trimestre del año, cuando exista mayor certidumbre, las inversiones repunten y el ecosistema emprendedor recupere su dinamismo.
En este nuevo capítulo del mundo empresarial, los dragones se alzan como los protagonistas indiscutibles, desplazando a los unicornios y desafiando a los inversionistas a explorar nuevos horizontes en busca de la próxima gran oportunidad de inversión.
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