¿Sabía que su alimentación puede determinar en buena medida su estado de ánimo? ¿Es consciente del poder energizante de su dieta para afrontar el día a día sin sucumbir al estrés? Efectivamente, y no nos cansaremos de repetirlo, la importancia de lo que ingerimos es tal, que un desequilibrio repetido en los componentes de nuestro menú habitual puede ser el causante de cansancios, bajadas de ánimo, nerviosismo, depresión, irritabilidad o falta de atención. Veamos cuatro componentes esenciales de nuestra dieta diaria para vivir más relajados.
Aunque existe un componente anímico fundamental en la dieta, relacionado con las emociones implicadas de gusto por lo que se come, gracia en la preparación y actitud hacia el acto de comer, hay que asegurarse de que haya variedad de alimentos ricos en determinados nutrientes. Es importante saber que la carencia de vitaminas o minerales puede llevarnos a la depresión, igual que la de hidratos de carbono nos privará de ese nutriente energético tan importante como es la glucosa, presente en el arroz, el pan, los cereales, la pasta, las patatas o las legumbres. El típico cafelito bebido del desayuno, a palo seco, puede estar en el origen del poco rendimiento laboral.
El siguiente componente relacionado con el descanso es la serotonina, conocida como la ‘hormona del humor’, y a la que numerosas investigaciones sitúan en lugares del cerebro que dirigen el estado de ánimo y el afecto: una especie de reloj interno del cuerpo determinante de los ciclos del sueño y la vigilia. Con la ayuda del triptógeno, -presente en huevos, carnes, lácteos, pescados, legumbres y frutos secos, o frutas como el aguacate, el plátano y la piña- y un complicado ciclo metabólico, nos haremos de la serotonina necesaria para nuestro organismo.
Con los ácidos grasos esenciales, incluidos en semillas, frutos secos, cereales integrales, soja, aceite de hígado de bacalao, onagra o germen de trigo y aguacates, contribuiremos al buen funcionamiento de nuestras células y del cerebro y al desarrollo del sistema nervioso por ende.
Por último, el más conocido popularmente como responsable del buen rendimiento (si disponemos de él en la cantidad adecuada): el hierro. Si nos falta, tendremos problemas de concentración, de memoria y seguramente rendiremos mal en el trabajo o en la escuela si se trata de jóvenes o niños. Para hacernos de él bastará con incluir en nuestra dieta almejas, berberechos o similares, frutos secos, cereales integrales, germen de trigo o legumbres.
Aunque si lo que pretendemos es combatir el exceso de nerviosismo, además de nutrirnos con los alimentos descritos, podemos ayudarnos de plantas relajantes como la valeriana, la tila, el azahar, la melisa o la pasiflora, que proporcionan al organismo la sensación de relajación deseada.
Autor: Comité Editorial Salusline