Hay organizaciones que no tienen políticas concretas respecto a la posibilidad de que dos empleados sostengan una relación de pareja, otras más lo prohíben, pero evitar estas situaciones es casi imposible entones ¿qué posición debe tomarse al respecto?
Cuando una relación inicia en el trabajo generalmente resulta positivo para la empresa, Trabajando.com asegura que los romances en el trabajo promueven la efectividad y productividad laboral pues las personas involucradas se sienten felices y con más energía, además promueven un mejor clima empresarial.
Por supuesto esto no siempre dura por eso es importante que se fijen lineamientos para regir el comportamiento de los empleados.
Y es que es muy difícil evitar esta situación, de hecho, según una encuesta de la empresa 32% de los trabajadores mexicanos ha tenido alguna vez una relación amorosa en la oficina, ello pese a que 59% aseguró no estar de acuerdo con los romances entre compañeros de labores.
Además hay un porcentaje que si bien nuca ha tenido una relación de pareja con algún compañero del trabajo no le importaría hacerlo, otros más aceptaron que mantuvieron su amorío oculto.
Ya que no es posible mantener siempre el control Helios Herrera, consultor empresarial, recomienda siempre llevar con discreción las relaciones pues en muchos casos, especialmente si los involucrados no pertenecen al mismo nivel en la empresa, comienzan las malas interpretaciones y los descontentos de otros empleados, aquel con un puesto mejor pierde seriedad y el otro no puede ser reconocido por su esfuerzo.
Además señala que es necesario reflexionar primero si vale la pena arriesgarse a iniciar una relación pues que en caso de terminar volvería incómodo el sitio de trabajo y lo que es más puede poner en riesgo la permanencia de alguno.
Pero cuando se trata de relaciones consolidadas permitirlas es una buena idea pues se ha demostrado que estas parejas son un motivador en la oficina, son productivas y facilitan la integración de los equipos de trabajo.
En cualquier caso vale la pena advertir a las personas que no pueden utilizar los medios oficiales, como el correo corporativo de la compañía para enviar mensajes privados, esta situación podría derivar en una fuga de información.
Finalmente, aunque normalmente consideramos cortés que un líder no se involucre demasiado en la vida personal de sus trabajadores, cuando llega a presentarse la situación en que alguno de ellos desea conquistar a otro, mismo que deja claro no tener interés, es mejor involucrase y evitar insistencias pues estas podrían interpretarse como acoso sexual acarreando problemas a la empresa.
Ariadna Cruz