Si bien recuerdo fue Tomas Hopkins quien dijo que las próximas guerras iban a ser por agua. Como internacionalista, es difícil de creer ya que existen muchos más asuntos disputables que el recurso hídrico como para que los países entren en lo que se conoce como guerra clásica: un Estado contra otro Estado. El Agua es un recurso vital del ser humano, el hombre no puede pasar más de 3 días sin ella. ¿Y que tal si ese mismo ser humano ve limitado su acceso de recurso? ¿Podría un Estado volverse contra otro, en su defecto contra sí mismo por falta de ello?
Primero veamos el clásico ejemplo de guerra. Hablemos bien de un ejemplo típico de asunto de conflicto internacional por agua: los ríos, fronteras naturales. Ejemplos innumerables de conflictos entre estados por disputa de este recurso natural en una frontera: El Chamizal (México-Estados Unidos), Río Senegal (Mauritania-Senegal), Cuenca del río Jordan (Cisjordania en Palestina vs. Israel), Río Éufrates (Siria-Turquía), Río Mekong (Myanmar, Laos, Cambodia, Vietnam vs. China) por mencionar solo algunos ejemplos.
El agua es un recurso natural, y se considera como un bien público (indivisibles, no-excluyentes, y su provisión es esencial para el funcionamiento de una comunidad). Debido a la extrema importancia del recurso para la vida diaria, es responsabilidad de los gobiernos hacer conciencia en los ciudadanos de su importancia, y tratarlo como bien público. La falta de recursos dentro de un mismo país es una de las principales causas de inestabilidad social. Para ejemplificarlo están los casos de Bolivia y México, principalmente en las grandes ciudades donde la densidad de población es mayor y la falta de acceso de agua es más evidente.
El caso de Cochabamba en Bolivia en el año 2000 donde surgen las manifestaciones porque el gobierno consideró que el agua era un bien privado y que se podía privatizar el acceso a la misma. La compañía que obtiene la licitación para distribución del agua sube el precio del líquido.
Este año el gobierno de la Ciudad de México tuvo que hacer recortes a ciertas colonias por falta de pago; los colonos protestaban pues no les parecía lógico que hubiera albercas públicas para recreación y no se tuviera acceso al agua.
¿Es entonces el agua un derecho inherente de los seres humanos? ¿Debemos tratar al agua, vital para la supervivencia humana, como al derecho a la libertad de expresión, al vestido, o a un medio ambiente limpio? ¿Y que pasa si al ser un bien público el Estado falla en el suministro del mismo? Así como las comisiones de Derechos Humanos tratan violaciones, ¿podría ir el ciudadano contra el Estado por violación al derecho a la vida, por falta de agua?
Mientras se define legalmente el estatus del agua, veamos también los casos de éxito en el manejo del agua por parte de los gobiernos y sobre todo la concientización y cooperación de los ciudadanos en el uso del mismo. Entre ellos está el caso de Corea del Sur, con infraestructura sostenible, donde debido a su alta desertificación y poca precipitación, el uso de presas no es factible. La reutilización y trata del agua del drenaje, hace que Corea sea un caso de éxito para el tratamiento del agua amigable con el medio ambiente.
Chacabuquito en Chile es otro ejemplo de proyectos exitosos para proveer energía renovable gracias a los recursos hidráulicos. China provee de alimentos básicos en su dieta a su extensa población, gracias a su sistema de irrigación y desviación de ríos. Los gobiernos hacen que los ciudadanos tomen conciencia de su uso y administración para generar energía, utilizarla para actividades industriales y de agricultura y para uso domestico.
Pero no se le puede dejar toda la mano al gobierno para este fin: ¿Qué puedo hacer yo como ciudadano? Una idea excelente para las ciudades donde el agua del grifo es potable es el Proyecto “Tap Water” de UNICEF, donde donas un dólar a los restaurantes para que en lugar de darte agua gratis de la llave compran 40 litros de agua para niños en países en vías de desarrollo sin acceso a ella. Un niño ocupa entre 1 y 2 litros al día, eso significa que los ciudadanos que pagan este dólar, le compran a un niño 40 días de agua ó 1 día de agua a 40 niños. Monterrey es uno de los escasos ejemplos en México donde se podría llevar a cabo este proyecto por ciudadanos emprendedores. ¿Podrían pagarse 10 pesos por agua? ¿Serías tú la persona que inicie el proyecto en tu ciudad?
Rebeca Moreno /Jóvenes Informados