La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), en su monitoreo mensual a los productos de la Canasta Básica, detectó que 22 de 38 productos que comprende su sondeo, han elevado sus precios hasta en un 90%. Siendo más notorio en productos de primera necesidad como el jitomate con un 36.08% en CDMX, Tlaxcala 36%, Hidalgo 50%, Jalisco 37.50% y Nuevo León 59 por ciento.
El tomate mostró una tendencia alcista en estados como; Nuevo León (94. 40%), Hidalgo (55.55%) y Jalisco (42.80%). “Los indicadores numéricos no mienten, el país atraviesa por un entorno de carestía. El Buen Fin 2019, podrá presumir haber superado las ventas del año pasado e intentar mostrar que el consumo electrónico que posicionó como una nueva tendencia en el mercado mexicano, sin embargo, la realidad es que el poder adquisitivo de la gente bajó porque el efectivo no circula en las manos del consumidor.
“Eso explica porque el crédito ha ido en aumento. ¿Quién ganó en el Buen Fin? La deuda del consumidor”, apuntó Cuauhtémoc Rivera, líder de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC).
Plataformas ecommerce como: Mercado Libre y Amazon, fueron algunas de las modalidades de crédito que utilizaron los sectores sociales emergentes para realizar las compras de este Buen Fin. Sin embargo, el 80% de los jóvenes usuarios de tarjetas de crédito no les alcanza para comprar siquiera la canasta básica, entonces es muy probable que la morosidad llegue a ellos.
Visto en número reales, el Buen Fin sólo sirvió para posicionar la mercadotecnia en más de 79 mil empresas y se afirma que hubo un 7% de crecimiento en las ventas, el 60% de la gente pagó en efectivo contra un 40% que compró a crédito, por lo que las cadenas de tiendas comerciales aún no pueden cantar victoria hasta que cobren los 120 mil millones de pesos estimados en ventas, pues no se vende hasta que se cobra.
No obstante, de acuerdo con cifras presentadas por Profeco, se comprueba que el Buen Fin no fue tan bueno, ya que más del 60% de la población no compró nada, lo que acredita la realidad nacional, la caída del consumo. La mayoría de los que sí pudieron comprar, dejaron atrás la fiebre de los electrónicos y priorizaron ropa y calzado, artículos de primera necesidad, amén de que muchas de compras fueron a crédito.
La política económica que incentiva el consumo artificial a través del crédito, de facto asume el escaso poder de compra de los mexicanos en tiempos de recesión; buscando crear el espejismo de una economía de bonanza, crasso error, pues el país está lejos de tener una economía fuerte, propiciando un consumo que endeude, menos saldremos adelante.
“Resulta alarmante que el precio de algunos productos de la canasta básica hayan aumentaron hasta en un 90%. Aunado a ello, el país se encuentra con 40% de la población que no posee el dinero suficiente para comprar la canasta básica completa y con aumento de desempleo del casi del 4%. La cartera vencida de los bancos en México en el crédito de consumo y vivienda ha ido al alza, y todavía así nos exhortan a seguir endeudando, sin trabajos estables e ingresos bien remunerados”, subrayó Rivera.
De acuerdo a datos proporcionados por Banxico e INEGI, al menos en el mes de octubre la confianza de los consumidores cayó a un punto respecto al mes de septiembre, debido al estancamiento económico por el que pasa México, por ello, con el ajuste a 0% del PIB en este último trimestre nos deja a un paso de la recesión.
“La estrategia económica que se ha planteado respecto al estancamiento económico en el que nos encontramos, parece un chiste de mal gusto. Países al borde de la recesión han logrado avanzar al elevar su productividad con la creación de empleos bien remunerados que aumentan el consumo interno, han incentivado la inversión dando garantías y facilidades, no creando obstáculos y sobrerregulaciones. En cambio, en México se buscan soluciones a través de la promoción de un consumo superficial carente de valor productivo; el país requiere de empleos formales bien pagados, ya que antes de gastar, debemos ganar lo suficiente que nos permita consumir y solventar nuestras necesidades”, concluyó Cuauhtémoc Rivera.
Cabe destacar que concientizar a la población sobre un consumo responsable, en el que el consumidor corresponda su gasto con sus ingresos. Pero también es esencial frenar las campañas extremadamente consumistas que no ayudan a una economía sólida. Para que el país pueda lograr un consumo constante y sonante, debe establecer las bases y condiciones reales para ello. Ser congruentes con la consigna de este mandato que invita a la austeridad.
No puede haber un gobierno austero con una sociedad endeudada y morosa. Ante dicho panorama, ANPEC exhorta a las dependencias correspondientes a reflexionar sobre un verdadero plan de acción que fortalezca y desarrolle la economía de la nación. Basta de espejismos, impulsemos una política económica acorde con la realidad.
Redacción
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