Aun cuando las PyMEs en México representan un factor fundamental para el crecimiento económico, en la actualidad no reciben el apoyo necesario para su consolidación, crecimiento o expansión por parte de las instituciones bancarias.
En términos generales el financiamiento existe y se le otorga de manera regular al consumidor, sin embargo, el sector empresarial, principalmente las MIPyMEs, está olvidado y castigado.
De acuerdo con cifras del INEGI, en México existen 4 millones 15 mil unidades administrativas, de las cuales 99.8% son PyMEs que generan el 52% del Producto Interno Bruto y el 72% del empleo en el país.
En vista de esta grieta en las necesidades de las micro, pequeñas y medianas empresas, la plataforma dígital Credijusto aporta las herramientas tecnológicas y el fondeo institucional e internacional, que en conjunto dieron vida a esta plataforma conformada por un equipo de ingeniería, creado por estadistas de Sillicon Valley, brasileños y mexicanos que a diferencia de otras empresas, los ingenieros cuentan con la experiencia práctica resolviendo problemas reales en el mundo de los negocios.“Credijusto toma un problema de una empresa, aplica la tecnología matemática y da una solución que incorpora prácticas tecnológicas de primer nivel” aseguró Allan Apoj, Fundador de Credijusto.com.
Esta plataforma busca solucionar el estancamiento de las MIPyMEs, ya que se ha identificado la discrepancia entre la oferta y la demanda del mercado financiero mexicano, con un punto sensible que son los créditos para estas organizaciones. Proporcionando desde una etapa inicial, agilidad en la respuesta de preselección que se llevará a cabo en 24 horas, evitando la pérdida de tiempo para los solicitantes.
“Las instituciones bancarias no han sido incluyentes, ni se han desempeñado como democratizador financiero, en este concepto nos percatamos del problema que impacta a México, que es un país con un nivel alto de emprendedurismo y con un bajo porcentaje de la cartera bancaria para las PyMEs” declaró el directivo. Para el potencial que representa el país en el crecimiento económico, tiene muy pocos bancos que logren satisfacer las necesidades de los consumidores.
De acuerdo a la experiencia de Allan Apoj, compartió que en Estados Unidos y Europa, son países en dónde este modelo de plataformas financieras digitalizan este tipo de servicios, como pagos, créditos, préstamos, etc. generan un efecto de ampliación de la penetración crediticia a mercados olvidados anteriormente, propiciando mejoras en el ecosistema y generando competencia.
En la actualidad Credijusto tiene alrededor de 150 préstamos, con un millón de pesos por cliente en promedio, la visión para el siguiente año es llegar a concretar 500 préstamos y en 2018 el reto será expandir el modelo a países con problemáticas y características similares a México, en dónde la tecnología pueda contribuir a solucionarlas. Los créditos oscilan desde los 150 mil a los 6 millones de pesos y atienden al micro empresario que quiere poner un puesto de comida o comprar un auto para arrendarlo, hasta grandes empresas industriales.
“Aprobamos 9 de cada 10 solicitudes las cuales cumplen con las garantías que representan el respaldo que nos permite decirles ‘Si’; a pesar de la flexibilidad que manejamos para otorgar los créditos, manejamos una cartera vencida del 5%, lo cual significa que nuestro modelo financiero está funcionando” afirmó el fundador.
Para lograr la tranquilidad de los solicitantes, en esta plataforma no hay “letras chiquitas, no se obtienen comisiones ocultas y ayudan a los clientes a realizar los procedimientos. “Preferimos ser transparentes y ayudar a los clientes a cumplir sus metas financieras“, dijo Allan Apoj; manejan tasas del 18% al 36% dependiendo del préstamo y su riesgo.
Con la intención de cambiar los estándares de la manera de operar de la industria del financiamiento para las PyMEs, se utilizan factores alternativos de evaluación, diferentes al buró de crédito, lo que permite otorgarle el préstamo al empresario, se le diseña “un traje a la medida” que implica entender las necesidades del cliente y convertirse en su asesor financiero, para otorgarle el monto adecuado después de estudiar el uso al que se le dará el dinero.
“Las PyMEs están olvidadas, y tienen que recurrir a soluciones caras como el hecho de usar sus tarjetas de crédito personales, para lograr darle un respiro a sus empresas“, concluyó Allan Apoj.
Ivonne Álvarez con información de Fernando Heredia
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