Cuando un empresario busca una solución de financiamiento para su empresa, es importante tener en cuenta que existen diferentes tipos de crédito disponibles. Entre ellos se encuentran el crédito empresarial y el crédito de consumo.
Por ello, es crucial comprender las diferencias entre ambas modalidades para tomar la decisión adecuada según nuestras necesidades. A continuación, Engen Capital, comparte los elementos básicos para distinguir mejor estas dos alternativas.
El crédito comercial o de consumo es un préstamo diseñado para cubrir necesidades financieras individuales. Se utiliza para situaciones como gastos imprevistos, adquisición de productos de alto costo o cualquier otro fin personal. Se requiere un buen historial crediticio y la presentación de documentos que validen la identidad del solicitante.
Por el contrario, el crédito empresarial es un préstamo dirigido a empresas y compañías con el objetivo de financiar su crecimiento y proyectos de alto costo. Se utiliza para cubrir gastos relacionados con operaciones, inversión, compras de oportunidad, entre otros.
¿cuáles son las principales características que distinguen a estos dos tipos de crédito?
- Tasas de interés, monto y plazos
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Financiamiento de las Empresas 2021 (ENAFIN), el 62% de las empresas en México identifican la alta tasa de interés como uno de los factores que limitan su acceso a financiamiento. En este sentido, los créditos empresariales y los créditos comerciales difieren en términos del monto que se puede obtener, lo cual influye en las tasas de interés y en los plazos de pago.
Los préstamos de consumo suelen destinarse a gastos menores de carácter personal, como liquidación de deudas, eventos, imprevistos o vacaciones. Por lo tanto, las tasas de interés tienden a ser más altas debido a que deben ser reembolsados rápidamente. En contraste, los créditos empresariales generalmente se utilizan para inversiones de mayor envergadura, como la adquisición de activos fijos, y suelen tener montos más elevados y plazos de amortización más largos.
- Uso del capital
Una diferencia fundamental entre los créditos de consumo y los empresariales radica en el destino del capital otorgado. En el caso de los créditos de consumo, se trata de un capital de libre inversión que puede utilizarse para cualquier propósito. Por otro lado, los créditos para empresas se enfocan principalmente en la adquisición de activos fijos, materias primas, maquinaria o equipo, es decir, inversiones directamente relacionadas con el crecimiento o la expansión de la compañía.
Si bien los créditos de consumo pueden proporcionar liquidez, es importante tener en cuenta que los intereses suelen ser más altos y el plazo de pago es más corto en comparación con el financiamiento empresarial.
- Requisitos
Según los resultados de la ENAFIN, el 39% de las empresas identifican los requisitos de las instituciones financieras como un obstáculo para acceder al financiamiento, mientras que el 33% menciona la dificultad de los trámites.
Aunque los requisitos para solicitar un crédito personal o empresarial pueden variar según la entidad financiera, el factor más relevante suele ser el historial crediticio. Para obtener un préstamo personal, es indispensable tener un buen historial crediticio. En cambio, al solicitar un crédito empresarial, se valorará la facturación de tu negocio o razón social ante el SAT.
Los créditos de consumo y empresariales presentan diferencias importantes. Además de considerar las tasas de interés, es esencial evaluar el monto necesario y el destino de los fondos. Los créditos personales suelen ser más restrictivos en cuanto a las cantidades que se pueden solicitar, por lo que no son la mejor alternativa si se busca invertir en maquinaria u otros activos.
En algunas ocasiones, los empresarios, por la premura de tener que pagar ciertos gastos de la empresa, utilizan créditos de consumo para cubrirlos rápidamente, sin embargo, como hemos visto en este artículo, esto representa un costo mucho más elevado para la empresa y una desalineación entre los horizontes que ese recurso será necesario. Es por ello, que las empresas deben prever sus necesidades futuras de liquidez para así poder planear sus necesidades futuras de financiamiento y que estas estén alineadas a sus gastos.
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