Cualquier organización que cambie de una infraestructura de TI local a una en nube pública como servicio (IaaS) pasará algún tiempo operando dentro de un modelo híbrido. No hay un interruptor mágico que pueda activar para migrar instantáneamente todo, desde sus centros de datos a la nube. Pero ¿cuánto tiempo pueden (o deben) coexistir?
En definitiva, no es recomendable usar una infraestructura híbrida durante un período de tiempo prolongado. Si bien es imposible evitar una configuración híbrida durante un período de transición, la mayoría de las organizaciones se benefician más al comprometerse con la IaaS en la nube por completo (o tanto como sea posible) y al seguir un plan que pueda llevarlos gradualmente en el transcurso de dos o tres años.
¿Por qué los negocios se están moviendo a la nube?
Uno de los principales impulsores para emprender una migración a IaaS en la nube es el grupo de talentos existente, por un par de razones. Primero, el grupo de personas con la experiencia para mantener adecuadamente los dispositivos y sistemas heredados se reduce. En este punto, es cada vez más común que los profesionales se jubilen o cambien de trabajo, y ciertamente no hay mucho talento joven con experiencia trabajando con hardware anterior de IBM o Sun Microsystems, por ejemplo. Este conocimiento dentro de una organización es muy valioso, por lo que es costoso reemplazarlo y perderlo.
Del mismo modo, el talento “más joven” tiene un enfoque más en la nube, por lo que una organización debe tomarlo en cuenta si quiere atraerlos y retenerlos. Estos objeticos son cada vez más difíciles de lograr si la empresa solo ofrece infraestructura y herramientas locales.
Los tres principales inconvenientes de un modelo híbrido a largo plazo
Operar bajo una configuración híbrida para siempre es posible en teoría, pero los presupuestos ilimitados no son una realidad. Hacerlo durante un período prolongado no tiene sentido a nivel de negocio por tres razones principales:
- Requiere apoyo administrativo adicional. Un modelo híbrido necesita administradores de sistemas profesionales que brinden soporte local y en la nube. Estos equipos manejan parches, monitoreo, conmutación por error, copias de seguridad y restauraciones; esto requiere de conocimientos adicionales y probablemente se requieran más herramientas.
- Más costos. En algún momento, el espacio físico que respalda la arquitectura local, que seguramente se construyó hace años cuando tenía sentido desde el punto de vista económico, deja de generar el ROI necesario. Imagine una pareja que todavía vive en una casa grande después de que los niños se mudan. La casa puede ser agradable, pero no es muy eficiente. Básicamente, estás pagando por espacio que no necesitas ni usas. Tus necesidades han cambiado, pero aún pagas por toda la casa. Eventualmente, los costos generales se distribuyen sobre una base más pequeña, por lo que los costos unitarios aumentan.
- Políticas diferentes. Si la organización dice que el futuro está en la nube, pero quiere que el personal de TI siga administrando en las instalaciones, ¿qué hará ese personal en tres años cuando sus pares trabajen en la nube pública? ¿Cómo se reequipan y reentrenan? Las organizaciones deben ser conscientes de los problemas que este tipo de situación causará con el tiempo.
Como la mayoría de las cosas, todo se reduce a las personas
Las empresas deben pensar en lo que se necesita para respaldar su IaaS local y en la nube en función del talento disponible. Si alcanza un cierto nivel de tamaño se necesita cobertura las 24/7, ¿cuántos ingenieros se necesitan para cubrir todos estos los sistemas durante los 365 días del año?
Hay organizaciones que han conseguido reclutar un equipo de personas para los sistemas híbridos, pero eventualmente se dan cuenta de que es difícil tener una vida fuera del trabajo. Entre las horas laborales, el estrés constante de que algo suceda y, sobre todo la excesiva responsabilidad que esto implica, afecta en última instancia a la innovación, ya que no se puede esperar que las personas estén de guardia todas las semanas y al mismo tiempo, se implemente la próxima solución de software/hardware que impulse a la empresa hacía la innovación.
Al final, un modelo híbrido es inevitable durante una transición a la nube IaaS, por lo que la idea es hacerlo lo más eficiente y rentable posible. Con eso en mente, hay tres pasos a tener en cuenta:
- Involucre desde el comienzo a todas las partes interesadas. El equipo de TI debe asociarse con los CFO y otros líderes comerciales para trazar y explicar por qué cada paso de una migración a la nube tiene sentido comercial.
- Realice un análisis de TCO completo. Analizar los costos involucrados en una migración a la nube requiere mucha más diligencia que solo usar las calculadoras en línea proporcionadas por los principales proveedores de la nube.
- Construir una hoja de ruta de tres años. Crear un plan para migrar a la nube de manera paulatina e incremental en función de las prioridades comerciales.
En última instancia, no existe una solución estándar que funcione para todas las empresas, y estas son solo algunas de las consideraciones que deben tenerse en cuenta. La forma en que se llega a la nube pública puede verse diferente a la de competidor, pero el hecho es que limitar la cantidad de tiempo que pasas operando bajo un modelo híbrido casi siempre dará la mejor oportunidad de éxito.
Por Michael Bathon, vicepresidente y asesor ejecutivo, TI en Rimini Street
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