De acuerdo con los resultados de la encuesta realizada por Robert Walters en Reino Unido, un 91% de los profesionales se muestra interesado en que sus organizaciones implementen la semana laboral de cuatro días.
De hecho, este aspecto encabeza la lista de beneficios más valorados por aquellos que buscan nuevas oportunidades laborales. El 49% afirma que sería el factor más atractivo al considerar una vacante, mientras que el 35% prefiere la flexibilidad de trabajar desde cualquier lugar.
Curiosamente, el 15% de los encuestados está dispuesto a aceptar un aumento salarial del 10-15% a cambio de disfrutar de una semana laboral más corta. Por otro lado, solo el 1% considera renunciar a este beneficio para tener más eventos internos en la oficina o disfrutar de desayunos proporcionados por la empresa.
Además, un 7% estaría dispuesto a sacrificar ventajas como oportunidades de formación y desarrollo profesional. Por sorprendente que parezca, un 71% incluso renunciaría a la interacción con sus compañeros y a la participación en eventos corporativos internos.
Alejandro Paz, country director en Robert Walters, opina sobre esta tendencia emergente: “En los últimos meses, hemos presenciado un aumento en los días de trabajo presencial en la oficina, lo cual ha generado una mayor energía, colaboración, creatividad y productividad. Por lo tanto, resulta difícil comprender por qué una semana laboral de cuatro días podría tener un impacto negativo en la cultura corporativa o en el bienestar de los equipos”.
También agregó: “Así como hemos experimentado con el teletrabajo y posteriormente con el modelo híbrido, cualquier cambio en el entorno laboral siempre conlleva desafíos. Por esta razón, los líderes empresariales deben ser cautelosos, pero también estar abiertos a adaptarse a las demandas de su fuerza laboral”.
Estos hallazgos demuestran que una cantidad significativa de profesionales está dispuesta a hacer sacrificios en aras de obtener una semana laboral más corta. Sin embargo, es fundamental que las empresas tomen en cuenta las preferencias y necesidades de sus empleados, equilibrando la productividad con el bienestar y la satisfacción en el trabajo
Estos hallazgos permiten a las organizaciones evaluar y considerar cuidadosamente la implementación de la semana laboral de cuatro días, teniendo en cuenta las implicaciones tanto para los empleados como para el rendimiento general del negocio. La recopilación de datos y la reflexión estratégica son fundamentales para tomar decisiones informadas y garantizar un equilibrio adecuado entre la productividad y el bienestar de los trabajadores.
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