Actualmente, el Valle de México atraviesa un severo problema de contingencia ambiental que no se presentaba desde hace 14 años. Aunque el programa Hoy No Circula instaurado desde 1989 generó claros resultados en la década de los 90 y la primera de 2000 y es necesaria su adecuación, cumplimiento y la suma de nuevas propuestas para reducir la contaminación atmosférica.
Sin dejar de analizar el impacto por el parque vehicular en la Zona Metropolitana del Valle de México, las nuevas propuestas para reducir la contaminación atmosférica incluyen la optimización de los recursos energéticos en las industrias. Actualmente podemos ver
empresas que han limitado su cumplimiento en responsabilidad ambiental y social en muchas ocasiones por falta de información. Lo anterior impacta directamente el aumento de emisiones que contribuyen al cambio climático y la contaminación del agua y suelo.
Se estima que la temperatura en México sea entre dos y cuatro por ciento más cálida en el período 2020 – 2080, según cifras del reporte «ABC de cambio climático: Impactos y acciones en México» del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), además de la reducción del recurso hídrico que las empresas van a presentar en los próximos años.
Mucho se ha hablado del doble reto que implica a las organizaciones llevar a cabo prácticas amigables con el ambiente que a la vez no comprometan los intereses de negocio, lo que hace que las acciones de sustentabilidad para la industria se encuentren comprometidas en la mayoría de los casos a intereses monetarios y de valoración de su importancia. La generación de indicadores ambientales como la huella de carbono y la huella hídrica para la industria y servicios, otorga información tanto a la empresa como a los clientes en relación al impacto ambiental del producto o servicio que consumen. Asimismo, la implementación de sistemas de eficiencia energética provoca dos acciones directas positivas que logran romper con esta controversia: la primera, reduce directamente costos por la disminución en el consumo energético –y la segunda – logra que la empresa disminuya su impacto ambiental de manera clara y con información que puede ser verificada.
Dos normas, unidas por el medio ambiente
De acuerdo a normas internacionales, la encomienda de reducir al máximo el consumo de energía sin afectar su productividad empresarial, puede optimizarse mediante la implementación de un Sistema de Gestión Energética (SGEn). Este proceso busca primeramente contar con información del consumo energético, observando equipos y actividades de producción o servicios para conocer los gastos energéticos particulares. Asimismo, requiere el desarrollo de un sistema de gestión con claras metas de reducción de consumos en un periodo de tiempo determinado mediante el desarrollo de proyectos de eficiencia energética, logrando reducir la huella de carbono de la industria y los costos directos.
Mediante la implementación de la norma ISO 50001, se proporciona a cualquier organización, estrategias para aumentar la eficiencia energética, reducir costos y mejorar la energía y rendimiento. Esta norma tiene por objeto proporcionar a las organizaciones un marco reconocido para integrar la eficiencia energética en sus prácticas de gestión.
Dado que la implementación de un sistema de gestión energética basado en ISO 50001 establece un marco para cualquier tipo de empresa – ya sea plantas industriales, comerciales, compañías e instituciones gubernamentales.
Mediante una consultoría en servicios ambientales y de sustentabilidad que buscan que las empresas reduzcan sus emisiones contaminantes sin comprometer las actividades que se desarrollan, buscando ir más allá del cumplimiento ambiental obligatorio y por consiguiente:
- Reducir emisiones, desechos y aguas residuales
- Lograr ahorros a través de un enfoque específico a los recursos
- Minimizar el riesgo de responsabilidad medioambiental
- Garantizar el cumplimiento de los requisitos de sustentabilidad de Clientes (cadena de valor) y autoridades
- Mejorar su imagen ante los ojos de sus clientes, socios y público en general
- Alcanzar sus propios objetivos medioambientales
Asimismo, la certificación en ISO 140001, verifica la implementación de un Sistema de Gestión Ambiental y sus resultados. En pro del ambiente, las instituciones requieren contar con las mejores prácticas para garantizar que sus negocios son sustentables; generando confianza con sus consumidores así como sus clientes actuales y potenciales.
Danae Díaz, Gerente de Servicios Ambientales y proyectos de carbono de TÜV Rheinland México, PyME, Emprendedores
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