El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola FIDA sigue de cerca la situación en Ucrania con mucha tristeza. Deploramos la pérdida de vidas y el desplazamiento de poblaciones, y nos sumamos al llamamiento del Secretario General de las Naciones Unidas a poner fin a las operaciones militares, restaurar la paz y proteger los derechos humanos.
El conflicto y el hambre están íntimamente ligados; cuando uno recrudece, el otro no tarda en aumentar. Como sucede en todas las crisis, los más pobres y vulnerables son los más perjudicados, y en nuestro mundo globalizado, las repercusiones de este conflicto se sentirán en todos los continentes. El FIDA está preocupado por un conflicto prolongado en Ucrania limite el abastecimiento mundial de cultivos básicos como el trigo, el maíz y el aceite de girasol, lo que provocaría un drástico aumento del precio de los alimentos y el hambre. Esto podría poner en riesgo la seguridad alimentaria mundial y agravar las tensiones geopolíticas.
Esta zona del Mar Negro, de la cual proviene al menos el 12 % de las calorías alimentarias que se negocian en el mundo, reviste una importancia vital para el sistema alimentario mundial. Un 40 % de las exportaciones de trigo y maíz procedentes de Ucrania van a Oriente Medio y África, que ya enfrentan problemas debido al hambre y donde nuevas escaseces de alimento o aumentos de los precios podrían agudizar los disturbios sociales.
Actualmente, una de cada diez personas en el mundo no tiene suficiente alimento, y millones han caído en la pobreza y el hambre debido a las repercusiones de los fenómenos meteorológicos extremos y los efectos de la pandemia de la COVID-19. La prolongación de este conflicto, que ya es una tragedia para las víctimas directas, será una catástrofe para el mundo entero, en particular para quienes ya enfrentan dificultades para alimentar a sus familias.
El FIDA está comprometido a proseguir con su labor encaminada a aumentar la autosuficiencia alimentaria y la resiliencia de los países más pobres del mundo, pero en el corto plazo será difícil suavizar los efectos mundiales de esta crisis. Poner fin al conflicto ahora es la única solución.
Declaración de Gilbert F. Houngbo, presidente del FIDA
RECOMENDAMOS Necesario incrementar un 60% la producción global de alimentos para 2050
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