Frente a un mundo empresarial en constantes cambios, comenzar una empresa es enfrentarte a los momentos altos y bajos de esta, por lo que surge la duda de si es mejor emprender solo o acompañado.
De acuerdo con la Universidad de Stanford, las startups fundadas por equipos tienen un 30% más de probabilidad de alcanzar un nivel de financiamiento más alto y un 19% más de probabilidad de experimentar un crecimiento significativo, en comparación con emprendedores solitarios. La combinación de habilidades complementarias, diversas perspectivas y la capacidad de compartir la carga de trabajo, son factores clave que contribuyen al mayor éxito en el emprendimiento en equipo.
Ambos enfoques tienen sus propias ventajas y desafíos, pero la elección depende de las circunstancias personales, así como de las metas de cada emprendedor. Sin embargo, cada empresa debe de contar con tres personas claves para obtener un óptimo funcionamiento, los cuales pueden o no ser parte de los fundadores. Estos tres personajes forman un triángulo, donde cada una de sus puntas es importante y, al unirlas, forman el equilibrio perfecto entre ellos.
En la punta contamos con el presidente del consejo, quien es un cazador empresarial. Su función no es operar la empresa, sino buscar nuevas oportunidades, clientes y formas en las que puede llevar a su empresa al éxito. Esto permite contar con diferentes formas de ingreso y que se mantenga a la vanguardia.
Por otro lado, en la base se encuentra el CEO, quien se encarga de trazar las estrategias que se deben cumplir para mantener a la empresa en un punto de equilibrio y éxito. El CEO debe conocer el funcionamiento de la empresa, los nuevos proyectos y las necesidades de cada uno de sus miembros.
Para finalizar, está el director operativo, encargado del funcionamiento de la empresa. Esta persona se involucra en los procesos y tareas diarias, al igual que encargarse de que todos los elementos de la empresa funcionen y cumplan con sus objetivos.
El presidente supervisa tanto al CEO como al director operativo y crea un balance entre ambos. Una empresa no puede estancarse en sus logros presentes, aunque estos hayan funcionado, pero tampoco puede aceptar retos que aún no es capaz de digerir.
Un triángulo solo puede mantenerse estable cuando todos sus vértices están en equilibrio. Una empresa funciona de la misma manera, necesita de estos tres elementos para mantenerse en equilibrio, ni avanzando más rápido de lo que puede, ni tan lento que se quede estancado con el tiempo.
Emprender en solitario puede ofrecer una serie de beneficios únicos. Por ejemplo, la toma de decisiones es más rápida y directa, ya que no se necesita consultar con otros miembros del equipo, a pesar de que aun así necesita de cada una de las aristas del triángulo. El emprendedor solitario puede posicionarse como el presidente del comité para así estar al frente de la toma de decisiones y las estrategias que esta seguirá.
La elección entre emprender solo o acompañado dependen de diversos factores. Los emprendedores deben considerar sus habilidades, personalidades y objetivos a largo plazo. Aquellos que prosperan en la independencia y tienen una visión muy clara podrían encontrar el emprendimiento en solitario más adecuado. Aquellos que valoran la colaboración y buscan una gama diversa de habilidades podrían inclinarse hacia el enfoque en equipo.
Jaime Menendez, Senior Partner at PerPHect
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