A partir de la emergencia sanitaria, la “economía neni” ha ocupado un lugar importante en el mundo de los micronegocios. Básicamente, la palabra “neni” hace referencia a las mujeres emprendedoras que usan las redes sociales y los marketplaces digitales para comprar y vender todo tipo de productos. Ahora, a medida que nos adaptamos a la pospandemia, esta tendencia se mantiene en auge, pero con nuevos desafíos de cara a la formalización y la adopción de plataformas que optimicen la actividad económica por parte de las emprendedoras 3.0.
De acuerdo con datos del estudio “Economía neni dinamiza el comercio digital en México”, elaborado por la UNAM, el año pasado las “nenis” ya generaban ventas al día por aproximadamente 9.5 millones de pesos (mdp) para el sustento de unos 13 millones de hogares. En realidad, esta práctica de microemprendimiento es muy común en México, y ha sido un pilar de la economía familiar durante décadas, desde la venta por catálogo de ropa, zapatos o utensilios para el hogar, hasta las “tandas” o cajas de ahorro.
“Con la pandemia, internet permitió a miles de emprendedoras trasladar sus actividades comerciales a los canales digitales; ahora, para llevar sus negocios al siguiente nivel, las mujeres pueden hacer uso de la formalización, la adopción tecnológica y la profesionalización. Esto no sólo para mantener sus operaciones, sino para acceder a más posibilidades de crecimiento en el contexto de la recuperación económica del país”, explica Marilú Páez, General Manager de QuickBooks México, la plataforma de administración y facturación en la nube que ayuda a las pymes a automatizar sus finanzas en una sola herramienta.
A partir de la información anterior, Marilú comparte 3 claves sobre cómo las MiPyMEs lideradas por mujeres pueden impulsar al ecosistema emprendedor en su conjunto, y posicionar al boom de la economía “neni” como uno de los músculos empresariales más importantes del país:
1. La formalidad: una oportunidad de crecer
Las emprendedoras representan 26% del total de mujeres ocupadas en el país. No obstante, el 82% opera en la informalidad; es decir, poco más de 4 millones de emprendedoras operan aún sin el reconocimiento de la ley. Esto se traduce en menores niveles de productividad, salarios más bajos y falta de acceso a herramientas que permitan el crecimiento o el acceso a nuevos mercados, según revela el estudio “La puerta de la formalidad: una oportunidad para el emprendimiento femenino”, del Instituto Mexicano para la Competitividad.
Desde luego esto es fundamental para la economía “neni”, donde la formalidad abre la puerta a beneficios como financiamiento y capacitación para consolidar sus emprendimientos y su autonomía económica, entre ellos la obtención de créditos para invertir en sus negocios, acceso a programas de gobierno para emprendedores, así como el acceso a seguridad social para ellas y sus colaboradores, lo cual deriva en mayores ingresos.
2. Tecnologizar la administración
Un paso clave hacia la profesionalización de la economía “neni” es la adopción tecnológica de sus negocios, con el uso de herramientas que les ayuden a gestionar, controlar y visibilizar las finanzas de sus emprendimientos. De hecho, una encuesta a más de mil emprendedores y emprendedoras realizada por la asociación de la Asociación de Emprendedores de México reveló que entre los 4 factores principales que más ocasionan el cierre de sus negocios son una mala administración y poca disponibilidad de tiempo.
Es por ello que incursionar en el uso de una solución como QuickBooks para la contabilidad y administración de sus negocios, otorga a las “nenis” una visión completa de sus operaciones, con la posibilidad de tomar mejores decisiones con base en informes personalizados, con un seguimiento de ventas, gastos y finanzas. En adición, esto genera un ahorro de tiempo considerable de hasta 15 horas cada mes, tiempo valioso que pueden invertir en otras actividades.
3. Capacitación continua
Contar con una cultura de capacitación continua para las “nenis” se posiciona como una estrategia que abona a su evolución. Y es que, siguiendo con la investigación de la ASEM, la primera razón por la que los emprendimientos femeninos en México tienden a fracasar son los conocimientos limitados en torno al manejo de sus negocios y la brecha digital. Afortunadamente, cada vez más existen opciones de aprendizaje, capacitación y educación financiera en el entorno digital, enfocadas en las microemprendedoras.
“Como vemos, la formalización de las mujeres emprendedoras nenis del país, su tecnologización y capacitación, dotará de más fuerza a su músculo empresarial; se trata de un sector relevante que si bien enfrenta barreras, aún tiene un gran camino por recorrer para seguir sumando a la economía del país, de sus familias y de sus colaboradores. Sin duda, las mujeres representan un ecosistema empresarial vital, innovador, en crecimiento y con una gran prospectiva para el futuro, concluye Marilú Páez.
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