Se pretende profesionalizar las habilidades de comunicación de los voceros de las empresas para enfrentar crisis de reputación
Ante una deficiente preparación de parte de los voceros de las empresas mexicanas para enfrentar crisis de reputación que les pueden hacer perder hasta un 25% del valor de sus marcas, un grupo de emprendedores lanza el primer despacho de entrenamiento de medios que serán impartidos por periodistas.
“En Estados Unidos y Europa las compañías destinan amplios presupuestos en algo que se ha dado en llamar ‘economía de la reputación’, que no es otra cosa que cuidar los activos y recursos intangibles de sus negocios”, explica Gerardo Soriano Palma, consultor independiente en relaciones públicas y socio de Media Training Lab.
Para Soriano “la economía de la reputación es un concepto poco interiorizado entre las organizaciones, saben que existen riesgos, pero parecen poco motivados a destinar recursos para llegar preparados ante eventos de crisis”.
En este sentido, hace un llamado a las organizaciones a evitar preguntarse si algún día pueden sufrir una crisis de reputación sino más bien cuándo sucederá: “El que las empresas proyecten recursos en sus presupuestos anuales para atajar daños en el posicionamiento de sus marcas debe ser un activo tan primordial como la inversión que realizan en tener productos o servicios de calidad”, considera.
En el mercado de los entrenamientos de medios existe una falta de profesionalización ya que son ofrecidos en su mayoría por consultores ajenos a la práctica del periodismo, por lo que Media Training Lab se coloca como el único despacho que brinda entrenamientos de medios a la medida.
Lo que hacen es realizar un estudio sobre las necesidades de comunicación del cliente; acto seguido, consiguen a un periodista especializado en el giro del negocio de la empresa a capacitar para que imparta la parte práctica y así el cliente entrene en un escenario más crudo y real.
“Con esto se prepara mejor a los voceros para disminuir impactos negativos de negocio en caso de una crisis reputacional que padezcan, mismos que pueden ser bastante onerosos, como pueden ser lo costes asociados por reparación de daños, acciones reguladoras por parte de entidades públicas, litigios caros, abandono de socios comerciales, capacidad para atraer y retener empleados, además de pérdidas de valor de la marca”, concluyó Soriano.
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