En pleno siglo XXI hay quienes siguen creyendo que las mujeres no tienen la capacidad suficiente para manejar una empresa, incluso hay algunos que se resisten a pertenecer a organizaciones en estas situación, y aunque no es posible transformar la mentalidad del mundo entero aprender a ejercer el liderazgo facilitará las cosas.
Primero que nada es indispensable que proyectes una actitud de poder, no de tiranía, y es que no se trata de pasar cada día malhumorada o reprendiendo empleados para demostrar quién manda, debes tener confianza en ti misma y en tu negocio.
Nacional Financiera explica que hay distintos tipos de líderes, el Autoritario que no tiene confianza en sus empleados y toma todas las decisiones; el Consultivo que crea un clima participativo; el Paternalista que tiene una confianza condescendiente en sus empleados y les deja tomar algunas decisiones de poca trascendencia; y el Democrático que tiene plena confianza en su personal y trabaja en equipo.
Independientemente de tu estilo de liderazgo las claves para mantener sanamente el control de tu empresa son:
–Define tus metas y las de la empresa. Perece sencillo pero el desafío está en ser realista y encontrar las estrategias para alcanzar los objetivos. Una vez que lo tengas debes darlos a conocer a tus empleados.
–Establece quién está a cargo de qué, y después mantén una relación cercana con esas personas, pues ellos serán tus ojos y oídos en el resto de la organización manteniendo el control y siendo responsable de la toma de decisiones.
–Establece las normas para tu empresa y mantenlas, no dejes pasar malas conductas o violaciones pues de hacerlo los empleados no tomarán en serio tu autoridad, siempre debe haber consecuencias.
–Que la gente sepa lo que esperas de cada quién en tu empresa, reconoce a quienes estén cumpliendo sus metas y motiva a los que no tiene el mejor desempeño.
–Descubre lo que quieren tus empleados. ¿Qué los motiva, qué necesitan?
–Descubre lo que tus empleados esperan de ti, escúchalos, fomenta la retroalimentación.
–Convéncete de que eres un modelo para tus empleados.
–Aprende a delegar, no tengas miedo a ser superada.
–Aprende de los errores. Si estás equivocada, admítelo, esto no te hace débil por el contrario fortalecerá tu desempeño.
– Finalmente tienes que confiar en ti y felicitarte por tus logros.
Ariadna Cruz