Mucho se habla de las ciudades inteligentes, pero por qué las necesitamos. Aquí te explicamos como la tecnología puede ayudar a vivir en armonía.
El rápido crecimiento de ciudades en América Latina ha generado grandes desafíos que no puede resolverse de forma tradicional. La vida urbana va a dominar el próximo siglo, es por lo que, tanto las ciudades antiguas, como las nuevas, están utilizando la tecnología para ser más eficientes. El desafío es convertirse en lugares mucho más agradables para vivir con una distribución eficiente de los recursos. Las ciudades tienen que transformarse en lugares “inteligentes”.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para 2050, el 70% de la población mundial habitará en centros urbanos inteligentes. Este fenómeno traerá consigo importantes efectos económicos, políticos y medioambientales, por lo que el concepto de “ciudad inteligente” toma mayor relevancia.
De acuerdo a Gemalto, empresa especialista en seguridad digital, las ciudades inteligentes no son sólo un sueño del futuro, pues gracias a las soluciones innovadoras del Internet de las Cosas (IoT), muchas ya están activas y se están expandiendo rápidamente. Los gobiernos municipales están aprovechando las tecnologías inalámbricas celulares y de área amplia de baja potencia (LPWAN) para conectar y mejorar la infraestructura, la eficiencia, la conveniencia y la calidad de vida de los residentes y visitantes por igual.
Por lo anterior, el modelo de ciudad inteligente se convierte en una gran opción para los gobiernos dado los beneficios que trae consigo.
La ONU calcula que para el 2050 dos de cada tres personas vivirán en ciudades inteligentes.
La implementación de las nuevas tecnologías permite mejorar la sostenibilidad y competitividad de la ciudad. Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para el año 2050, si no se toman medidas adecuadas, el crecimiento económico y demográfico tendrá un impacto medioambiental y social sin precedentes. Y urge a superar el desafío de los más de 2,000 millones de habitantes adicionales para 2050.
Londres, Nueva York, París y Hong Kong son algunas de las ciudades que se han visto beneficiadas por las nuevas soluciones en el sector de las telecomunicaciones, y en donde se han creado importantes proyectos implementando transportes sustentables que ayudan a reducir las emisiones de carbono y permiten menores tiempos de conmutación.
En Latinoamérica la formación de Ciudades Inteligentes ha tenido un ritmo más lento, Santiago de Chile, Ciudad de México y Bogotá son algunas de las ciudades que se encuentran en la búsqueda constante de soluciones para mejorar el tránsito vehicular, medir y controlar la contaminación y fomentar la educación tecnológica.
Hoy el 54% de las personas de todo el mundo vive en ciudades, una proporción que se espera llegue al 66% para 2050.
La empresa de seguridad digital afirma que en nuestro país, debido al crecimiento urbano en Guadalajara, Puebla, Guanajuato, Monterrey, Valle de México, este tipo de ciudades con iniciativas enfocadas a la tecnología están comenzando a ser una realidad ya que la innovación técnica y científica está tomando mayor fuerza.
Mauricio Bouskela, consultor del BID, destaca los siguientes beneficios de una ciudad inteligente:
Mejora la toma de decisiones: La adopción de las nuevas tecnologías, facilita la integración de procesos en la administración pública, y aportan la información necesaria para la mejor toma de decisiones y gestión presupuestaria.
Eficiencia gubernamental: Genera los procedimientos comunes que aumentan la eficiencia de toda la estructura de gobierno.
Optimización de recursos: Con la aplicación adecuada de la tecnología, se logra optimizar la asignación de recursos, tener mejor visibilidad de su uso y ayudar a reducir gastos innecesarios.
Mejora la atención de los habitantes: El grado de satisfacción de los ciudadanos aumenta, ya que permite brindar una atención más cercana a los usuarios, lo que ayuda a cambiar la imagen de los órganos públicos.
Estimula la participación de la sociedad civil: La integración de la tecnología estimula la participación de la sociedad civil y de los ciudadanos en la estructura administrativa a través del uso de herramientas tecnológicas que ayudan a monitorear los indicadores de servicios públicos, detectando los problemas, informando, compartiendo e interactuando con la estructura para resolverlos.
Mejora en la planeación de políticas públicas: Genera indicadores de desempeño que son útiles para medir, comparar y mejorar las políticas públicas de la ciudad.
La urbanización agregará otros 2,500 millones de personas a las ciudades en las próximas tres décadas.
Todo esto, las cámaras conectadas, los sistemas viales inteligentes y los sistemas de monitoreo de seguridad pública pueden proporcionar una capa adicional de protección y apoyo de emergencia para ayudar a los ciudadanos cuando sea necesario. Pero también debemos proteger las propias ciudades inteligentes de las vulnerabilidades.
Las ciudades inteligentes sólo pueden funcionar si confiamos en ellas. Todos los socios del ecosistema (gobiernos, empresas, proveedores de software, fabricantes de dispositivos, proveedores de energía y proveedores de servicios de red) deben hacer su parte e integrar soluciones que cumplan cuatro objetivos de seguridad básicos: Disponibilidad, Integridad, Confidencialidad y Responsabilidad.
Carlos Romero es especialista en seguridad digital, ha hecho una carrera alrededor de las tarjetas inteligentes, su manufactura, servicios de software y actualmente colabora en marketing e innovación. En Gemalto participa con operadores, fabricantes de dispositivos y bancos en la creación de servicios de valor en torno a nuevas tecnologías como IoT, identidad digital, embedded SIM y 5G.
Por: Carlos Romero Business Development IOT LATAM de Gemalto
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