En el mundo empresarial, cada día se hace más latente la necesidad de otorgar créditos a los clientes como estrategias competitivas para mantenerse en el mercado. Sin lugar a dudas es una gran herramienta para los consumidores que al no tener apalancamiento en el corto plazo se convierte en un modo operativo de subsistir.
Trabajos realizados con anticipación que son pagados en fechas posteriores por lo menos a un mes, servicios que se ofrecen de manera gratuita con tal de que el cliente permanezca con nosotros, créditos solicitados por el PyME para hacer frente a los gastos generados en tanto se cubre el costo del servicio brindado, pago de intereses al solicitar financiamiento para hacer frente a las demoras de nuestros clientes. ¡Puff! Un sinfín de requisitos que nos son impuestos por nuestros consumidores quienes en ocasiones nos hacen existir, pero que nuestro desempeño financiero depende de sus comportamientos.
No podemos ignorar que las PyMEs al no contar con esquemas jurídicos y fiscales convencionales, tratar de otorgar este tipo de créditos se convierte en una gran y pesada carga para su subsistencia, no solo en el aspecto financiero sino también en la necesidad de generar estrategias de cobro eficientes que al largo plazo nos permitan recuperar todo aquello que se arriesga para mantener a los clientes.
De acuerdo a los análisis FODA desarrollados por algunos pequeños empresarios, al cruzar las debilidades con las amenazas de una PyME siempre nos encontraremos con una gran desventaja sobre nuestra competencia en el sector: “Otorgar créditos a nuestros clientes”. Al reflexionar sobre esta desventaja se nos invita a generar estrategias que nos ayuden a mantenernos en una ventaja competitiva, pero sin olvidarnos que la subsistencia de la PyME depende en gran medida de las finanzas saludables y del manejo de una economía responsable y eficiente.
Tomando en cuenta lo anterior es recomendable paras una PyME:
1.-Generar y buscar en el entorno las herramientas que nos permitan otorgar créditos a nuestros clientes
2.-Que las labores de cobranza no queden en su responsabilidad.
3.-Buscar alternativas que permitan que a través de los instrumentos con los que cuentan nuestros clientes podamos echar mano para obtener los créditos que tanto anhelan como manera de apalancamiento.
El día de hoy, existe una gran proyección hacia el manejo de tarjetas de crédito, aunado a la facilidad con lo que se está volviendo convertir cualquier dispositivo móvil, en terminal punto de venta, podemos ofrecer a nuestros clientes una opción de apalancamiento en función de las simples fechas de corte y pago de sus tarjetas. También es posible utilizar los convenios emitidos por las instituciones que ofrecen planes permanentes de mensualidades sin intereses sin importar que y en donde se realicen las compras, así como también recomendar la utilización y promoción de ciertos servicios bancarios que en determinadas fechas, además de momentos se ofrecen el totalidad de las compras a meses sin intereses.
Un PyME debe estar consciente que al ofrecer crédito a sus clientes, genera una gran afluencia de personas que quieran consumir nuestros productos y servicios, pero al mediano y al largo plazo, esto se convierte en un dolor de cabeza, al tratar de realizar el cobro a través de los métodos tradicionales legales, como el pagaré, las letras de cambio, el empeño de la palabra por la familiaridad con el cliente, demandas y que en el largo plazo se traducen en problemas legales altamente costosos, así como desgastantes para el funcionamiento de nuestra PyME.
Nada más para darnos una idea de que tan desgastante es un asunto legal de cobro, con un documento firmado, el cliente puede optar por poner en juicio la veracidad de la firma inscrita, los elementos indispensables de llenado y en ocasiones hasta el ofrecimiento de domicilios o lugares de ubicación falsos, para que al momento del cobro no sea posible realizar los embargos correspondientes, un embargo requerirá del remate de bienes que en ocasiones no son susceptibles de venta o no ofrecen alguna utilidad, y si llegásemos a obtener una resolución favorable del sistema de justicia debemos considerar que en ocasiones el cliente no contará con los recursos suficientes para realizar el pago.
Un proceso legal siempre será siempre materia de altos costos invertidos, entre los honorarios de los abogados, el proceso ineficaz de los sistemas de justicia y la lentitud en los procesos de demanda, lo que aun en el mejor de los casos, siempre se convertirá en una perdida para el PyME.
La próxima vez que este pensando en ofrecer crédito a sus clientes, opte por las herramientas tradicionales financieras, que nuestros clientes utilicen sus instrumentos financieros para que en caso de incumplimiento no sea usted quien tenga que invertir en las labores de cobro sino que más bien usted sea siempre visto como una PyME que ofrece alternativas de apalancamiento y asesoramiento financiero para ellos.
Máster en Fiscal Juan Miguel Chávez Salcedo
Consultor Independiente
jmchavezsalcedo@gmail.com