En la actualidad hay un consenso casi generalizado en que el desarrollo de cualquier tipo de negocio y el uso de las tecnologías de la información no son hechos aislados y por lo tanto precisan interacción. De hecho, a lo largo de los últimos años el uso de las tecnologías se ha convertido en un importante factor de dinamización del crecimiento económico basado en el incremento de la competitividad y la productividad.
Ello ha permitido la búsqueda de nuevas formas de negocio surgidas a raíz del acceso, cada vez más fácil, de la población a las nuevas tecnologías. No obstante, la situación en México es particularmente distinta al resto de los principales países industrializados y merece una atención especial, ya que el motor principal de su economía y de la generación de empleo se centra en la pequeña y mediana empresa, cuyo volumen equivale al 99% del total de empresas (además, casi un 94% corresponde a organizaciones de menos de 10 empleados). Por ello, todas las iniciativas destinadas a fomentar el uso de las tecnologías de la información de manera que orienten el negocio hacia el éxito deben centrarse en la PyME.
Se pone de manifiesto la existencia de atraso tecnológico en las pequeñas y medianas empresas mexicanas con respecto a las de mayor tamaño, así como en relación a las empresas del mismo tamaño en los principales países europeos y en Estados Unidos. Este retraso en el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones se hace patente en la ausencia de aplicación de las mismas al proceso productivo de las entidades.
En aquellas empresas en las que se utilizan las tecnologías de la información, éstas tienen como finalidad, generalmente, proporcionar apoyo a otras tareas productivas clave (especialmente en el caso de la conexión a internet y del uso del correo electrónico), incluso en el caso particular de aquellas empresas de tipo industrial que cuentan con unas tecnologías avanzadas y en las que se supondría una tendencia natural más proclive al uso de nuevas tecnologías.
De esta manera, se suelen descartar las tecnologías como una herramienta útil para cualquier fin más allá de la difusión de información (comercio electrónico, comunicación, etc.).
Las probables causas del atraso tecnológico las siguientes:
– Desconocimiento de las tecnologías, principalmente como consecuencia de la falta de personal con la adecuada formación y capacidad de entender las necesidades tecnológicas de una empresa.
– Falta de concienciación respecto a la seguridad de la información. Esta situación se deriva de lo expuesto en el punto anterior.
– Sensación de que las tecnologías no son útiles para la optimización del negocio.
– Desconfianza en internet como medio para la prestación de servicios, causada por la incapacidad de reaccionar ante las amenazas surgidas a raíz de la conexión a la Red de redes.
– La falta de recursos de la PyME en comparación con la gran empresa agrava esta situación, lo que pone de manifiesto, cada vez más, la necesidad de la existencia de una entidad especializada que ayude a romper las barreras de entrada existentes y que influya eficazmente en la cultura y el comportamiento de la PyME desde el punto de vista del cumplimiento legal.
Manuel Ballester
Socio Director Área de Consultoría en Auren
Vicepresidente Academia Mexicana Ciencia Sistemas