Ser resiliente ante esta pandemia del COVID19 que nos tiene asustados y arrinconados, para así reanimarte y reinventarte, requiere de vivir un duelo sano. Se dice fácil y se escribe rápido, ciertamente no lo es, es un proceso que puede durar semanas o meses, pero que, si no lo realizamos apropiadamente, nos puede mantener atrapados por años, e incluso, por el resto de nuestras vidas.
En este momento tenemos una pérdida de nuestra movilidad, y también tenemos una amenaza que se repite e incrementa día con día. Probablemente hayas tenido que bajar la cortina, literal o figuradamente, hasta que estés en un estado de angustia ante tanta incertidumbre, desde que, si te infectas tú y/o los tuyos, hasta que, si la librarás con tu empresa o no.
Los expertos en manejo del duelo, hablan acerca de cinco etapas para poder tener un proceso sano: primero la negación, luego el enojo, después la depresión, posteriormente la negociación, y finalmente la aceptación; en mi experiencia, ese no es el final, y por eso le agregué dos etapas más de mi cosecha: la confusión y la trascendencia.
Viví esta experiencia, no, mejor dicho: sobreviví, de maneja muy complicada en el 2009 con la influenza NIH1, por lo que espero que estas líneas te ayuden a que sea menos difícil. En ese momento negué la situación, aunque los números eran evidentes, después me enojé con todos incluyéndome a mí por supuesto, para darle paso una profunda depresión que me incapacitó, posteriormente intenté regatear con todo mundo, y finalmente caí exhausto en la aceptación: era insostenible, y había que asumir la pérdida.
¿Y luego?, no paró ahí, después un período de confusión en el que tenía enojo y depresión al mismo tiempo, con sentimientos encontrados y combinados. Con un excelente acompañamiento, pude verbalizar mis emociones y pensamientos, describirlos y transcribirlos; y ordenándolos, encontré su trascendencia: superaré este reto, como he superado otros, para continuar con mi vida personal y profesional. ¡Y sí, así fue! Un aprendizaje más en mi itinerario de la resiliencia.
Ten en cuenta que estas siete etapas del duelo, al haber una pérdida, pueden aparecer en el orden descrito, o bien, pueden suscitarse desordenadamente. Partiendo de que no existe una persona igual a otra, y que además las circunstancias son particulares también, cada individuo, vive en diferentes secuencias cada una de ellas, incluyendo regresiones y recaídas.
No faltaron los no-nos que me decían: no lo niegues, no te enojes, no te deprimas, no negocies, no lo aceptes, no te confundas, y no lo trasciendas. Yo te puedo asegurar, que, para vivir sanamente toda esta problemática, es necesario que te permitas sentir todas y cada una de estas situaciones, y darte permiso de ser humano, para que, desde tu fe, acompañado por tus seres amados, y uno o más mentores, puedas salir lo más pronto posible; como estoy seguro que lo harás: fortalecido.
*Ing. Alejandro Rueda Gómez
Académico de la Facultad de Economía y Negocios e Ingeniería de la Universidad Anáhuac México.
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