Siempre, emprender y administrar un negocio tiene sus retos y complicaciones, pero cuando se trata de empresas que se forman con la familia hay que tener algunas precauciones adicionales para garantizar su permanencia a lo largo de los años.
Uno de los problemas más grandes cuando los negocios son familiares es la capacidad de las siguientes generaciones para continuar con él, de hecho un porcentaje muy bajo de este tipo de organizaciones llegan a la tercera generación, y es que para lograrlo tiene que haber un proceso específico donde el fin no sea sólo permanecer sino hacerlo crecer y encontrar nuevos nichos de expansión.
Una empresaria que pasó por esta experiencia es Fátima Castelán que llevó a la tercera generación a la empresa que iniciaron sus abuelos y además fundó una nueva unidad de negocios.
Esta empresa mexicana que empezara como un taller especializado en artículos de plata, hoy cuenta con una nueva unidad de negocios dedicada a brindar asesoría, desarrollo y manufactura de alta calidad en joyería, orfebrería, colecciones y proyectos especiales en metales preciosos y nobles.
De acuerdo a su experiencia Fátima Castelán recomienda a los negocios familiares aplicar los siguientes consejos:
– Balance. Debe existir un equilibrio entre la familia y el negocio, cada participante debe asumir su rol. Es importante que los miembros de la empresa sean profesionales y aporten su experiencia a la gestión de la misma.
– Diseño de un plan de trabajo, sin importar el giro ni tamaño de la empresa.
– Evaluar el potencial de la empresa, esto permitirá abrir nuevos mercados, nuevas líneas de negocio, o buscar nuevos objetivos que la lleven a un siguiente nivel.
– Actualización de metas, por ejemplo actualizar maquinaria, actualizar personal, tomar cursos, conocer mejor la industria y competencia.
– Subcontratación de personal especializado si no se tiene dentro de la organización.
– Inversión para hacer que la empresa logre consolidarse y siga funcionando.
“Todos deben ponerse la camiseta, es importante el estar verdaderamente comprometido con el negocio, verlo como el legado de la familia para no arrancar desde cero, un proyecto por el que generaciones pasadas lucharon así como un patrimonio que está en tus manos y que tú, sabrás hasta donde llevarlo”, finaliza Castelán.
Ariadna Cruz
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