Hoy vivimos una nueva realidad en la que la protección de datos es un requisito básico para empresas, gobiernos e individuos, sobre todo luego de que la información global tuvo un destacado crecimiento por la pandemia de COVID. El Home Office como herramienta para mantener la continuidad laboral también propició el desarrollo de una nueva generación de hackers que aprovechó el frenesí de un mundo virtualizado para garantizar la sana distancia.
Bajo el marco del Día de la Micro Pequeña y Mediana Empresa (MiPyME) que se celebra el 27 de junio, no podemos dar por hecho que las PyMEs, por tratarse de pequeños o medianos negocios, estén exentos de ser atacados en uno de sus más importantes recursos, su información.
Las Pequeñas y Medianas Empresas siempre han sido un motor de crecimiento clave, y no por tratarse de una estructura pequeña significa que estén libres de los peligros informáticos que afectan a las grandes compañías, por el contrario, son tan vulnerables o incluso más que las enormes firmas internacionales. Por ello, si lo que se quiere es garantizar el crecimiento y desarrollo sano de una PyME, una de las claves es asegurar la seguridad de su información.
Los costos asociados con una filtración de datos y las desafortunadas exposiciones de estos pueden ser astronómicos. Por ello, una estrategia avanzada para proteger su información no solo se limita a un almacenamiento rápido y confiable. Éste tiene que venir acompañado del uso del encriptado, ya que estamos hablando de que parte de esta información estará expuesta a factores externos, si hablamos de movilidad al trabajar en un sistema híbrido, como hoy suele hacerse.
En este campo, durante más de 30 años, Kingston ha sido un componente clave en la infraestructura de TI gracias a una constante evolución de sus sistemas de almacenamiento y que hoy por hoy ofrece unidades de estado sólido (SSD) y USBs encriptadas, los cuales proporcionan una capa importante de protección contra las costosas violaciones de datos.
Contar con esta estrategia integral de almacenamiento y protección de datos es elemental, sobre todo si tomamos en cuenta que los ataques cibernéticos se han estado produciendo cada 39 segundos y, en promedio, 2,244 veces al día y que la vulnerabilidad de las PyMeS frente a las infracciones cibernéticas está creciendo anualmente a más del 400%, según reveló la presidenta de Cyber Trust, Sally Eaves.
Ante esto, es importante desterrar la idea de que las PyMEs, por tratarse de pequeños negocios, no tienen el impacto que tendría una grande empresa y de ello están consciente los hackers. Por ello, la ciberseguridad debe ser prioridad en la agenda de todos, independientemente del tamaño de la empresa u organización y en este proceso la responsabilidad no solo es de los jefes sino también de los trabajadores e incluso de los usuarios, ya que es en este círculo donde se presentan las tácticas de amenaza y todo por incurrir en el error de descargar un malware que usualmente vienen disfrazados de correo electrónico.
Una estrategia de seguridad sana ya sea para una gran empresa o para una PyME, consiste en un adecuado sistema de almacenaje, acompañado de un sistema de encriptado y una cultura de consciencia digital por parte de los usuarios, con el fin de evitar exponer su información a un software malicioso y que fácilmente puede entrar por la puerta trasera si no tenemos el celo de cuidar el manejo que le damos a nuestros datos.
Por Armando Galván, Gerente de Desarrollo de Negocios en Kingston México.
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