El éxito de una compañía no está respaldada por el tiempo, pero sí por trabajar con los mejores elementos humanos o técnicos, además de sacarle el mejor provecho; ese es el caso de SafetyPay cuyo fundador explica las vicisitudes para “echar a andar el negocio de pagos electrónicos”, mismo que en 4 años tiene un crecimiento y futuro acelerado.
En amena charla, Manuel Montero, CEO y Fundador de SafetyPay platico con Pymempresario sobre los inicios de la compañía, cuya principal visión partía de la disfuncionalidad de las tarjetas de crédito en estos tiempos y como el futuro se acerca más a los pagos electrónicos mediante el uso de los teléfonos celulares, de eso se trata una proyección de negocio.
Parte esencial es rodearse de los colaboradores idóneos de diferentes disciplinas para crecer el proyecto, queda claro Montero, quien es originario de Sevilla en España, como en cualquier otro negocio tuvo que entender de tecnología, patentes, abogados y una infinidad de bemoles sólo para “arrancar”.
Existen colaboradores que aportan gran valor a la empresa, pero cuando se inicia no siempre puedes pagarles, lo cual implica hacerlos accionistas, porque se interesan, comparten, impulsan, son parte fundamental expresa el CEO de SafetyPay.
Sobre cotizar en Bolsa de Valores, a Montero le queda claro que su tarea es que la organización funcione como si fuera a entrar a cotizar, que sea transparente y auditable, si entra o no ese no es el objetivo pro ahora.
Una anécdota muy curiosa que comparte Montero es que durante 2 años tuvo un colaborador que no aportaba nada importante, y en el más divertido de los sentidos indica: “era un verdadero inútil, pero cuando estábamos buscando el registro del dominio para SafetyPay ese ya estaba utilizado por alguien, pero ese colaborador dijo que viajaría a Tampa Bay a visitar a quien había registrado dicho dominio, un día después me habla para decirme que lo vendían en 5 mil dólares, le dije que sí que adelante, fue lo único que hizo y por lo cual será recordado.
Como emprendedor empedernido en sus tareas, pero acercándose a una edad natural para el retiro, pymempresario le pregunto al directivo sobre cuándo sería este, a lo que respondió con un rotundo: “no, no creo retirarme nunca, disfruto mucho lo que hago”.
Fernando Heredia
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