La atención y la preocupación por temas como el cambio climático, la contaminación, la escasez de recursos y el futuro del planeta ganan cada vez más terreno entre la gente. Esto ha generado un mayor interés en realizar acciones que beneficien al medio ambiente.
El informe de Kantar ‘El desarrollo sustentable: las marcas y la publicidad en Latinoamérica’ señala que para 9 de cada 10 personas en la región la sustentabilidad sí tiene un papel en su vida cotidiana. No es novedad que tendencias como el consumo responsable y la adopción de estilos de vida sostenibles están en aumento entre la población.
Katarina Kasdorf, especialista en vida sostenible, cultura y comunicación en Kolibri, señala que con este estilo se busca ser sostenible con el tiempo. Empezar a ser conscientes con nuestras decisiones, tomar aquellas que nos hagan sentir en equilibrio con nosotros mismos, con los demás y con la naturaleza. No es necesario descartar del hogar todo lo no sustentable, sino ser agente de cambio todos los días”, menciona
La consultora destaca que es posible comenzar a adoptar un estilo de vida más sostenible a través de las decisiones de compra de los productos y servicios que elegimos diariamente. Por esta razón, en su guía ‘Decisiones conscientes’ comparte 5 aspectos clave a considerar para tomar decisiones de consumo, entre los cuales destaca:
1. Empaque: al momento de adquirir un producto es importante preguntarse al respecto de su empaque y las acciones que pueden hacerse para evitarlo o darle otro uso, tales como llevar nuestro propio envase, comprar a granel, reutilizarlo o priorizar el uso de aquellos que sean compostables o retornables.
2. Materiales e ingredientes: revisar el número de ingredientes y materiales de lo que están hechos los productos es fundamental para poder elegir los más amigables con el planeta Por ejemplo, aquellos que estén elaborados con materiales reutilizados, reciclados o compostables, que tengan ingredientes 100% naturales o que sean remanufacturados o de uso.
3. Origen: conocer el origen de los artículos, -su fabricación, sus ingredientes y sus materiales- hará más sencilla la decisión de compra. Se recomienda priorizar aquellos que sean de la industria local y de empresas que trabajan en comercio justo. En el caso de los alimentos, es mejor elegir los de origen local y de estación que se puedan adquirir en mercados, ferias o bazares.
4. Durabilidad: preguntarse por la calidad de los productos y el uso que se le dará puede ayudar a tomar mejores decisiones de consumo, como comprar de mejor calidad, comprar menos o remanufacturado, adoptar el slow fashion, elegir aquellos con garantía de por vida o incluso considerar opciones de alquiler.
5. Disposición final: considerar qué se hará con el producto al final de su vida útil es clave en las decisiones de compra. Por eso, es necesario cuestionarse sobre si se puede reutilizar, retornar o reciclar, si es un residuo peligroso para el planeta o si puede representar un desperdicio.
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